VIERNES, 25 de junio 2021.- En un hilo de Twitter publicado el pasado 21 de junio, una docente de Buenos Aires -que aparece con el usuario @sonripink- expresó su preocupación y tristeza por la violencia y la falta de interés de los alumnos hacia la educación en los últimos años.
Allí relató su trayectoria, que inició por el 2009, trabajando en el conurbano bonaerense, más precisamente en Isidro Casanova, González Catán. «En esa época empecé a trabajar con las primeras medidas de inclusión educativa. Pibes que iban al colegio y eran (o son, tal vez) tan violentos que no podía dar clases. También tenía pibes que iban a la escuela a buscar la merienda porque era lo único que comían en el día», sostuvo.
«Cuando trabajé en González Catán estaba en la secundaria, que está muy cerca del basural del Ceamse. Me costó entender que los viernes los chicos no iban porque era más importante para ellos revolver la basura para tener algo para comer durante la semana y la puerta la abrían los viernes. Pasaron los años y lo único que sentí como docente fue frustración e impotencia por esos años», agregó con lujo de detalles sobre esta situación que le tocó atravesar.
Tras mudarse a un pueblo cerca de Chascomús, la profesora indicó: «me hizo ver que sin el basural pasaba lo mismo. Adolescentes violentos que no te miraban cuando los llamabas y querías hablarles. Tengo mil experiencias tristes de esas épocas que me llevaré a la tumba. Golpes e insultos que, creo, no me merecía».
En la actualidad, y en medio del contexto de pandemia, asegura que un alumno «el viernes pasado, cuando le dije que no había entregado ningún TP, me contestó: “¿para qué? Si seguro pasamos de año como el año pasado sin hacer nada”. Estuve lagrimeando de tristeza desde que llegué a casa de trabajar».
«Me siento realmente devastada, nunca sentí que el trabajo que hago (sí, estoy trabajando un lunes feriado como siempre) fuera tan al pedo. Tendríamos que estar festejando revolear el tapaboca porque estamos todos vacunados e inmunizados. Sin embargo, acá estamos», expresó en su cruda realidad.
Y apuntó contra el Gobierno, que señala “quedate en casa” porque «no llegan las vacunas en tiempo y forma y los que deberían habernos cuidado están tomándose un vino en otro país o sacándose fotos con cuadros de artistas con tal de ponerla».
«Perdón la catarsis pero realmente estoy muy triste. Sigo trabajando porque es cierre de cuatrimestre y trato de ponerle onda mintiéndome a mi misma creyendo que todo va a mejorar o, por lo menos, a estar bien un rato», sentenció.
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