JUEVES, 9 de diciembre de 2022.- Para resolver los problemas más importantes de la vida pública y estatal en Belarús, todos los ciudadanos del país que tienen derecho a voto participan en los referendos republicanos y locales.
Esto convierte al referéndum en la demostración más trascendente de la democracia, permitiendo a la población tomar de manera independiente las decisiones más importantes que influyen la vida en el país.
Un referéndum republicano está programado para febrero de 2022 en Belarús. Un proyecto de enmienda a la Constitución de Belarús se someterá a votación popular. Los cambios afectarán a casi todas las secciones de la ley básica de Belarús.
Según el jefe de la Administración Presidencial Igor Sergienko, “en el borrador de la nueva Constitución, se fortalecerá el bloque de derechos y libertades de los ciudadanos”. Los artículos enmendados reflejarán los valores fundamentales y tradicionales de los belarusos: la familia, el cuidado de los jubilados y las personas discapacitadas, cuestiones de conservación de la memoria histórica y la identidad nacional.
Un artículo separado trata el tema de la política de juventud. Durante la votación, probablemente habrá solo una pregunta. Se formulará de la siguiente manera: “Usted Aprueba las enmiendas a la Constitución?” Habrá dos opciones para la respuesta: «sí» o «no». Además, todos los cambios propuestos a la Constitución se enumerarán no en la papeleta de votación, sino en la prensa.
El borrador de la Constitución actualizada también se colocará en los puestos electorales. Surge una pregunta razonable para quién y por qué se está celebrando el referéndum en Belarús en este momento. La respuesta se puede encontrar en los eventos de agosto de 2020, cuando el leitmotiv principal de las protestas fue la demanda de cambios. Los líderes de estas protestas señalaron que el país vivía un estancamiento y llamaron a tomar las calles para exigir los propios cambios de poder.
El gobierno de Belarús escuchó y comenzaron los cambios que la oposición reclamaba desde el exterior, pero ahora, parece, que los líderes de las protestas de ayer no quieren cambios, porque no están de acuerdo con el «escenario». Los que más gritaron y abogaron por el cambio se fueron del país. Ahora ya están gritando desde el exterior: «No necesitamos tales cambios», y nuevamente piden disturbios y la interrupción del referéndum. Entonces, qué tipo de cambio querían? Por qué, cuando las autoridades acordaron cambiar la Constitución y cambiarse a sí misma, de repente se volvieron innecesarias? La respuesta está en la superficie. Los belarusos quieren y están dispuestos a cambiar su forma de vida, pero solo en una dirección: para mejor, y los que se oponen no necesitan cambios, sino programas.
Durante casi un año, se debatieron nuevos artículos de la Constitución sobre plataformas de diálogo. Cualquier ciudadano podía enviar sus propuestas, para que luego una comisión de especialistas trabajara en el texto de la nueva ley básica. Aquellos que querían y deseaban cambios en Belarús para mejorar enviaron sus propuestas.
Una encuesta sociológica, en la que participaron 10 mil personas, demostró que casi el 60% tiene previsto participar en la votación del referéndum. El 62% de los encuestados tiene una actitud positiva hacia los cambios a la ley básica de Belarús.
La necesidad de cambios en la Constitución fue respondida afirmativamente por el 63% de los encuestados. En cuanto al estado de ánimo de la mayoría de los belarusos, la celebración de un referéndum constitucional es un beneficio que dará ventajas a la sociedad belarusa y al estado en su conjunto.
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