SÁBADO, 21 de mayo de 2022.- El gobierno de Boris Johnson juega un hipócrita doble estándar ante el mundo: alimenta con armas al gobierno de Ucrania en su guerra con Rusia, abre los brazos a los refugiados ucranianos formalmente, pero no los deja entrar si no tienen visas, y ahora los echa a Ruanda.
Al mismo tiempo busca deportar a Ruanda a los migrantes, que llegan desde Francia vía el Canal de la Mancha en botes, donde sus pedidos de asilo serán tramitados, a 17.000 kilómetros del reino a donde ya están.
La ministra del interior británica, Priti Patel, hija de una familia migrante india que huyó de la Uganda de Idi Amin, quiere enviar a los refugiados ucranianos a Ruanda, cuando en el resto de Europa y por dos años, los ucranianos que huyen de la guerra pueden vivir, residir, tener alojamiento y recibir las ayudas sociales del estado inmediatamente, sin el menor trámite.
Unos amigos: «Además de los refugiados ucranianos el Reino Unido deportará a ciudadanos afganos que colaboraron con el ejército británico durante la ocupación militar en Afganistan»
Daniel Hobbs, director de asilo, protección y cumplimiento del Ministerio del Interior británico, no pudo descartar la posibilidad de que ciudadanos afganos que actuaron como interpretes del ejercito británcio de ocupación en Afganistan dean puestos en un vuelo de ida al país africano de Ruanda.
“Los intérpretes afganos que ayudaron a las tropas británicas y llegaron al reino también podrían caer en la política de reubicación”, le dijo al comité de asuntos internos de los Comunes. Hobbs dijo a los parlamentarios que la única nacionalidad excluida de la expulsión al país eran los propios ruandeses.
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