En los últimos días el precandidato a llevar la banda presidencial Javier Milei, ha efectuado múltiples declaraciones acerca de lo que piensa hacer, si llega a la presidencia.
Claro que del dicho al hecho porque entra las bocanadas de ignorancia, gritos, amenazas, más desequilibrio emocional, sospechosos períodos de calma de este; o cese de repetir incoherencias, imposibles de realizar, dado que debe atravesar los medios y la reacción popular que preveo será de una dureza inusitada
Veamos el tema de la salud pública; borrar el ministerio de salud y por lo tanto el fin del COFESA, y viene la pregunta ¿Qué empresa privada, va a realizar la vigilancia epidemiológica, para advertir hacia adentro y a la OPS / OMS? Quienes, dedicados a la medicina sanitaria, ¿a la epidemiologia aplicada a las ciencias de la salud? ¿De dónde se formarán los equipos integrados por hombres y mujeres especializados para realizar las guías y procedimientos para patologías prevalentes o peor de baja prevalencia?
O sea, el fin de la necesaria planificación sanitaria acotada o no a los límites territoriales, sea por una enfermedad prevalente, sea por una epidemia, sea para el control de los fármacos, etc y el fin de que cada provincia interprete esa realidad sobre la base de sus parámetros particularísimos.
Milei dice que no va as a haber medicina pública y los hospitales: ¿Quiénes se los quedan: ¿Acaso los amigos de él que son los capitostes de los ms importantes prepagas?
Que los precios se pacten entre pacientes y profesionales. No Sr. Milei nosotros no somos anarcocapitalistas como Ud. Nosotros no consideramos a la medicina, y su práctica como una práctica comercial, bastante tenemos con lo que hoy vemos producto del neoliberalismo más salvaje; nosotros creemos que la medicina esta inscripta en la tradición judeocristiana y occidental como en un acto pleno de entrega y de piedad filial, donde debe haber una retribución a quien se dedica a ello para cubrir sus necesidades, capacitarse, poder realizar una vida formal.
¿Ud. cree que es digno del mercado que los colegios médicos impongan los precios manejados por el sector privatista, al consumidor (el antes llamado paciente) que no tiene opción de elegir porque le va a lo mejor la vida en ello? Sabe acaso que un principio nuestro reza primun non nocere o se lo primero es no dañar.
Quizás ya que siempre lleva un libro bajo el brazo, porque no lee a Gregorio Marañón o a Laín Entralgo, para averiguar de que se trata esa relación dual, univoca y tan particular como es la relación médico paciente; ya hoy conflictuada por su tecnificación, y por un individualismo relativista que es conducente a personajes como Ud. Absolutamente insensibles, vacuos, ignorantes de todo, pero que opinan sobre todo, que proponen un modelo social donde muy pero muy pocos tendrán todo y el resto nada, como un resurgir medieval, y donde nada habrá que sirva para defender a estas mayorías.
Nosotros Milei hacemos un juramento al recibirnos, modificado por el de Ginebra tras el nazismo. Pero desde el primer juramento denominado de Hipócrates, pusimos el valor del saber y de la eticidad moral en cada uno de nuestros actos. Con sus medidas Ud. joven propone eliminar la ética y la moral, y con ello dirían los griegos la estética de todos nuestros actos, donde serán reemplazados por el vil valor en metálico, que es en este caso un disvalor.
No creo que lo logre, confío en que primara la cordura de una mayoría que no tendrá, dudo de la justicia tan mal vendida que ya no se cubre los ojos, porque no siente vergüenza de sus actos. Y creo que el gran pueblo argentino al que la providencia le dio padres como San Martín y Belgrano, nunca resignaran sus principios, claramente Juana Azurduy lo llamaría a Ud. un bárbaro godo, un montaraz.
Recuerde las sabias palabras del Santo padre Juan XXII en Carta Encíclica Mater et Magistra, el 15 de Mayo de 1961, Tercer año de su pontificado:” Por lo que toca al Estado, cuyo fin es proveer al bien común en el orden temporal, no puede en modo alguno permanecer al margen de las actividades económicas de los ciudadanos, sino que, por el contrario, la de intervenir a tiempo, primero, para que aquéllos contribuyan a producir la abundancia de bienes materiales, «cuyo uso es necesario para el ejercicio de la virtud» (Santo Tomás de Aquino, De regimine principum, I, 15), y, segundo, para tutelar los derechos de todos los ciudadanos, sobre todo de los más débiles, cuáles son los trabajadores, las mujeres y los niños”.
Finalmente, que las bellas palabras que Arturo Carrillo escribió sobre su hermano el Doctor Ramón Carrillo, fundador de la moderna medicina argentina: “Creador del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de la Nación, su labor fue de gran trascendencia, pues no sólo abarcó el país, sino que se proyectó a toda América Latina y el Mundo, de modo tal, que sus principios constituyen una de las bases de la Organización Mundial de la Salud, en especial cuando declara a la Salud como un derecho inalienable de los pueblos y obliga al Estado a garantizarlo en forma indelegable.
Dicha tarea le insumió ocho duros de trabajo intenso (1946-1954), en beneficio del pueblo argentino y fundamentalmente de los más humildes.
Su figura cobró real dimensión con el tiempo, transformándose en un símbolo de la creatividad, el altruismo y el sacrificio honesto, puesto al servicio de la comunidad. Vivió por una causa justa y murió en el exilio firme en sus convicciones”.
Espero que le alcancen, y para una dosis final las palabras de Ramos Mejía: “cuando no podamos curar, debemos ayudar a el buen morir#”. Pregunto: ¿Esto se paga en el mercado?
Dr. Oscar J Troisi
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