Cada 22 de febrero, se celebra el Día de la Antártida Argentina, conmemorando el momento histórico en el que se izó por primera vez la bandera nacional en este continente. Esta fecha busca resaltar la importancia de la soberanía y la continuidad argentina en este territorio, un vínculo que se mantiene firme desde hace más de 120 años. La presencia de Argentina en la región ha permitido el desarrollo de numerosos estudios y avances científicos.
En 1902, el Alférez José María Sobral integró la expedición dirigida por el sueco Otto Nordenskjöld a la isla Cerro Nevado, convirtiéndose en el primer argentino en pasar un invierno completo y realizar investigaciones científicas en la Antártida. Su principal labor fue la observación meteorológica, aunque también llevó a cabo estudios magnéticos, bacteriológicos y geológicos. Tras el hundimiento del buque Antarctic, se produjo un rescate exitoso bajo la dirección del Teniente Julián Irízar, quien logró la evacuación tras un año de esfuerzos.
La consolidación de la presencia argentina en la Antártida se marcó en 1904, con la inauguración del Observatorio Meteorológico en la Isla Laurie, que luego se transformó en la Base “Orcadas del Sur”. Este acontecimiento representó un hito clave, iniciando la permanencia ininterrumpida del país en el continente antártico. Desde entonces, la base ha seguido operativa, siendo uno de los puntos más relevantes de la Antártida Argentina.
El avance de la investigación científica se fortaleció en 1951 con la creación del Instituto Antártico Argentino, una institución encargada de promover los estudios y el desarrollo científico en la región. Un paso fundamental en el reconocimiento internacional de la soberanía argentina fue la firma del Tratado Antártico en 1959, aprobado en la Conferencia de Washington, que ratificó los derechos del país sobre este territorio.
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Argentina mantiene actualmente un total de 13 bases en la Antártida. De estas, seis son permanentes, entre ellas la Base Marambio, Base Carlini, Base Esperanza, Base Orcadas, San Martín y Belgrano II, mientras que las otras siete funcionan de manera temporal, como las bases Brown, Cámara, Melchior, Primavera, Matienzo y Petrel.
El continente antártico es el lugar más frío del planeta, con temperaturas extremas. En el invierno de 2021, se registraron las condiciones más gélidas hasta la fecha, alcanzando los -100ºC, con una temperatura media de -61°C.
El Protocolo de Madrid, que forma parte del Tratado Antártico, permite la realización de actividades turísticas en el continente, bajo estrictas normas de conducta para preservar su biodiversidad. Entre estas directrices se encuentra la restricción de desembarco de no más de 1,000 turistas a la vez.
¿CÓMO SE PUEDE VISITAR?
Una de las formas más comunes de acceder a la Antártida es a través de un crucero desde Ushuaia, la ciudad más cercana, situada a unos 1,000 kilómetros del continente. Estos viajes tienen una duración de entre 10 y 12 días, dependiendo de las condiciones climáticas, y atraviesan el desafiante Pasaje de Drake. A lo largo del trayecto, el paisaje se mantiene gris y blanco, hasta llegar a la Antártida, donde los viajeros pueden disfrutar de actividades como el avistaje de pingüinos y explorar las islas Shetland.
También existe una opción más extensa para llegar al continente, que parte desde Ushuaia y realiza paradas en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Orcadas del Sur, antes de llegar a la Antártida Argentina. Este viaje tiene una duración de entre 20 y 22 días.
Otra alternativa turística permite sobrevolar en helicóptero las colonias de pingüinos emperador. Este tour de 11 días incluye un recorrido en barco por el Pasaje de Drake y un vuelo en helicóptero sobre el Mar de Weddell, donde es posible ver la bahía Duse, la isla Seymour, la isla Devil o el farallón Brown, dependiendo de las condiciones climáticas.
Además de estas opciones turísticas, existen medios de transporte no turísticos que permiten llegar a la Antártida desde Argentina, como el avión Hércules de la Fuerza Aérea y el rompehielos ARA Almirante Irízar, que realizan expediciones regulares para abastecer a las bases argentinas en el continente.
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