MARTES, 28 de julio 2015.-Las tareas de remoción de obstáculos, nivelación del suelo y acondicionamiento general fueron realizadas por personal especializado de la Institución durante cinco meses, quienes contaron con la colaboración y el esfuerzo mancomunado de la Dotación 46 a cargo de la actual campaña antártica.
El titular de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), brigadier general “VGM” Mario Miguel Callejo y altas autoridades de la institución fueron testigos de la prueba de la nueva pista aérea de la Base Antártica Marambio.
La misma tiene una extensión de 1.600 metros de largo y 40 metros de ancho, hecho que la convierte en la pista de tierra más extensa de la Antártida, y a Marambio, en la única Base que posee dos pistas. La principal, fue construida a raíz del predominio de los vientos de orientación sudoeste, y la nueva para ser utilizada cuando soplen vientos del norte, permitiendo de esta manera, la operación de aeronaves en forma permanente.
El procedimiento de testeo constó de un primer despegue y aterrizaje de una aeronave Twin Otter perteneciente a la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia. Luego, un avión Hércules C-130, dotación de la I Brigada Aérea “El Palomar”, efectuó el rodaje y despegue con rumbo al territorio continental, aterrizando, tras el cruce, en la Base Aérea Militar “Río Gallegos”.
Las tareas de remoción de obstáculos, nivelación del suelo y acondicionamiento general fueron realizadas por personal especializado de la Institución durante cinco meses, quienes contaron con la colaboración y el esfuerzo mancomunado de la Dotación 46 a cargo de la actual campaña antártica.
Doble entrada a la Antártica
El aeropuerto de la Base Marambio es el más antiguo de toda la Antártida y funciona como puente aéreo entre la Argentina continental y la Antártida Argentina desde 1969.
Su pista de aterrizaje es de tierra compactada, apta para operar con aviones de gran porte. Fue construida por los integrantes de la Patrulla Soberanía de la Fuerza Aérea Argentina, que en un entorno tan hostil y en condiciones muy precarias, viviendo en carpas y trabajando con picos y palas realizaron un gran esfuerzo para lograr su objetivo rompiendo así el aislamiento y generando un puente aéreo con el continente.
El equipo, liderado por el vicecomodoro Mario Luis Olezza, construyó la pista de 1.200 metros de longitud y 40 de ancho, la primera en el continente antártico. Es así como la Antártida dejó de ser un lugar aislado del mundo, dado que a partir de su habilitación, todas las bases antárticas nacionales y extranjeras se mantienen comunicadas entre sí y con el resto del mundo.
Los suministros pueden llegar a la Base Marambio en cualquier momento del año para ser posteriormente distribuidos a las otras bases argentinas. Se realizan cerca de cien vuelos intercontinentales cada año hacia la base, siendo el C-130 Hércules el medio principal de abastecimiento por parte de la Fuerza Aérea Argentina.
La pista cuenta con balizamiento eléctrico y una línea de luces. La plataforma de estacionamiento permite la entrada de aviones Hércules con acceso a la planta de combustible; además cuenta con la ayuda necesaria para la navegación aérea y el aterrizaje en condiciones meteorológicas de escasa visibilidad.
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