JUEVES, 14 de julio 2016.- Al término de la manifestación que salió del Parque Industrial y confluyó en la puerta de la Delegación local del Ministerio de Trabajo, Martínez dijo que «ha quedado demostrado, una vez más, que cuando las obreras y los obreros de la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande se movilizan, no alcanzan las calles de la ciudad para que podamos entrar».
Luego expresó que «hemos venido hasta las puertas del Ministerio de Trabajo de la Nación, que después de mucho tiempo -lamentablemente- ha sido otra vez ocupado, en sus máximos cargos, por los patrones y por los representantes de la industria y la Sociedad Rural, quienes nos han hecho tanto daño en el pasado. Por eso se niegan a recibir a los trabajadores, que tenemos la piel un poquito más oscura, pero que tenemos también el coraje que hay que tener para reclamar por nuestros derechos».
Martínez reconoció que revertir la situación «no va a ser fácil, como no lo fue en los ´80, en los ´90 y en 2001. Pero ahí vamos a estar, defendiendo los puestos de trabajo de los que están en las fábricas y de los que todavía no han podido entrar», dijo en referencia al personal con contratos discontinuos que no fue convocado aún. Asegurando que «no nos va a temblar el pulso si tenemos que tomar las fábricas», para enfrentar despidos y suspensiones.
«Que saben los pitucos, decía una milonga; y que saben los que están en el Gobierno de la sangre, de la bronca, del coraje y también de la solidaridad y la unidad que tenemos las obreras y los obreros metalúrgicos», señaló el dirigente obrero.
El titular de la UOM Río Grande se solidarizó con «los empleados públicos y los docentes, que están aquí y desde hace meses vienen luchando por sus derechos». También dijo en su discurso que «las mujeres y los hombres tenemos que salir a defender; en la calle y en cada uno de los lugares, en las oficinas, en las escuelas, en las fábricas, en los barrios; el derecho a tener un gas posible de pagar, una tarifa eléctrica accesible y el derecho a vivir con dignidad; con un salario justo y con respeto a nuestros puestos de trabajo».
Oscar Martínez denunció que «estos patrones que han crecido en capital financiero gracias al esfuerzo, al compromiso y la responsabilidad de los trabajadores; hoy nos quieren dejar afuera o recortar nuestro salario, pero vamos a dar la pelea»; advirtió.
Por último llamó a «seguir codo a codo, hombro con hombro, unidos para decirle a nuestras compañeras y compañeros, a nuestras familias, a nuestros vecinos, en el barrio en las escuelas; que hace falta construir más que nuca la unidad y solidaridad obrera, como única forma de defendernos».
Por su parte el secretario de Organización, Marcos Linares, dijo que los metalúrgicos atraviesan «situaciones de de reducción de jornada laboral en planta, de planteo de suspensiones por tiempos extensos, y esto preocupa. Se da en un contexto en el cual un montón de compañeras y compañeros que estaban siendo parte de los planteles hasta fines del año pasado; no hemos logrado que tengan alguna proyección de continuidad laboral», advirtió.
Linares dijo que incluso hay empresas que manifiestan que «está sobrando gente», barajando la posibilidad de producir despidos entre el personal efectivo. «En el caso de Famar estamos con una reducción de jornada de 3 horas y media; en el caso de Brightstar -después de una serie de discusiones- también estamos con una reducción de jornada que contempla trabajar cuatro días a la semana e incluso en el transcurso del mes en curso una semana completa en la cual la fábrica no va a producir».
También se refirió a la situación de la empresa KMG, productora de las máquinas Kodak, que también planteó la necesidad de suspender al personal durante seis meses, señaló el gremialista que de la postura inicial de la empresa se avanzó «planteando la negativa nuestra a cualquier preventivo de crisis, algo que la empresa entendió, y estamos ahora tratando que el tiempo de suspensión sea menor y defendiendo el salario de los compañeros».
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