La caída del imperio de Lázaro Báez: ahora cerró su diario y su FM

MARTES, 27 de septiembre 2016.-Después de casi una década el multimedio del empresario K cerró. En la calle quedaron 19 familias a quienes se les adeudaban tres meses de salario. La oferta final a un grupo de trabajadores la encabezó Roberto Saldivia, el abogado de Báez, que hace unos meses buscó minimizar la relación que los une. Según el relato de los ex empleados del diario Prensa Libre y Magna FM, «todo se hizo sin un mes de pre aviso y sin pagar lo que correspondía». Desde la empresa señalaron a Clarín que buscarán «cancelar la totalidad de la deuda».

Fue su primer y único multimedio. Muchos creyeron que buscó competir con Rudy Ulloa por la pauta oficial, pero lo cierto es que tenía dos objetivos: “limpiar” su imagen de cara a la sociedad, que ya comenzaba a notar su incremento patrimonial y que veía sus propiedades custodiadas celosamente; y, principalmente, supervisar todo lo que en la provincia se hablaba de Néstor Kirchner y de él.

El lugar que eligió el empresario K para defenderse de las denuncias por lavado de dinero, ya no saldrá a la calle. La empresa Alucom y Diagonal Sur, manejadas por los hijos de Báez, eran las responsables el último tiempo de hacer frente a los salarios. Bajo la dirección de Diego Navarro, mano derecha de Lázaro y uno de los pocos que semanalmente lo visitaba en el Penal de Ezeiza, el multimedio llegó a su fin.

Valuado por la Justicia en $ 10 millones después de ser allanado en la causa de la Ruta del Dinero K, el grupo Magna mantenía un pequeño staff que fue achicándose los últimos años. De unos 50 trabajadores incluyendo administrativos y maestranza, sólo quedaron 19 personas. La dirección del diario a cargo no logró obtener todos los fondos necesarios para cancelar el 100% de las deudas contraídas y al igual que otras firmas del holding, no pudo continuar con su actividad.

Preso hace cinco meses por lavado de dinero y con un embargo de $ 800 millones, el imperio que Báez construyó en 12 años, no deja de derrumbarse. La Justicia ordenó embargar preventivamente 1.500 propiedades, vehículos, empresas. En este escenario, desde el Penal de Ezeiza dio la orden de que su diario y la radio se cierren. Hoy ninguno de los trabajadores pudo ingresar al edificio. Hace un mes, se enviaron telegramas para que los empleados se dieran por despedidos después de tres meses de no cobrar sus salarios, vacaciones y aguinaldos, Otro grupo que esperó la comunicación oficial del Grupo.

El viernes pasado fue la última reunión y allí se explicó que no había «más fondos», pese a recibir $ 33.800 millones del Estado nacional sólo para obras viales. Se cancelaron algunas deudas vinculadas a los haberes, pero no se cubrió la correspondientes indemnización. «Esto viene hace tiempo como también la falta de insumos en el diario, nos dijeron que era la única oferta posible o que iniciemos acciones legales y que nos íbamos sin un peso», explicó a Clarín uno de los trabajadores con más antigüedad en Prensa Libre.

Hace una semana que el diario ya no sale a la calle. Había disminuido sustancialmente su tirada: la última vez que se comercializó no superó los 80 ejemplares y varios de ellos se regalaban en las estaciones de servicios del Grupo Austral. La principal caja del diario era la constructora que recibió durante el kirchnerismo US$ 2.200 millones, tal como reveló Clarín.

En las pocas páginas de Prensa Libre se podía ver mayoritariamente la publicidad de diferentes empresas del Grupo Báez: desde las estaciones de servicio, las firmas dedicadas al catering industrial, hasta una gomería.

Sin un Kirchner en la Casa Rosada que garantice los fondos correspondientes a los certificados de obra, los despidos fueron masivos. De Austral Construcciones se pasó de 5.000 a 30 empleados y el multimedio se redujo los últimos años de manera constante.

Clarín

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