LUNES, 7 de noviembre 2016.-Como respuesta a la denuncia de la creciente contaminación en Tolhuin, el Presidente de la Dirección Provincial de Obras Sanitarias, Guillermo Worman, junto a otros funcionarios municipales y provinciales, recibió a vecinos de la localidad de Tolhuin.
Worman parece haber abandonado la siesta de un año que no le permitió resolver los problemas ambientales que le incumben en Tolhuin.
En la reunión se planteó “el malestar por la situación y la intolerancia que provoca la misma”. Worman manifestó: “El problema no es de ahora, pero no voy a hablar de quienes estuvieron antes”. El funcionario Provincial señaló: “quiero contarles que estamos trabajando en una proyección inmediata para los vecinos de los Barrios más afectados”.
En el encuentro Rubén Toloza, quien se hizo presente en representación de los vecinos afectados, manifestó: “venimos a buscar solución, ustedes ya saben lo que pasa, a través de notas, fotos y sentimos que no tomaron cartas en el asunto”.
Worman explicó “con el Director Jorge Melle, estamos en permanente contacto y se está trabajando en “un drenaje” sobre la calle gendarmería nacional para descomprimir la situación de los barrios colapsados”. También se comprometió a viajar a Tolhuin, reunirse con los vecinos e inclusive recorrer y mostrar el trabajo que se está haciendo y lo que van.
Cabe señalar que Guillermo Worman, y el Secretario de Ambiente del Gobierno de la Provincia Pérez Toscani, poco hicieron para remediar la situación de creciente contaminación en Tolhuin.
La problemática de Tolhuin no es nueva, la falta de planificación por parte de la gestión Queno que solo se dedica a pagarle publicidad a periodistas amigos para que con su silencio cómplice desinformen lo que sucede en el corazón de la isla.
Fue el periodista Juan Águila quien primero denunció los graves problemas ambientales de Tolhuin, y posteriormente el periodista Leonardo Di Benedetto quien le dio impulso a la difusión de algo que estaba a la vista de todos.
Quema de basura a cielo abierto, aguas cloacales, animales muertos, y el constante desmonte día a día alejan a Tolhuin de su condición de destino turístico ambiental para transformarlo en un lugar poco amigable para la salud humana.
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