DOMINGO, 27 de agosto 2017.- El gobierno analiza en forma muy reservada la posibilidad de darle un vuelco rotundo al rol de las Fuerzas Armadas de cara a un futuro inmediato: instar a los militares para protagonizar una lucha en contra del narcotráfico y el terrorismo no sólo en las fronteras sino también puertas adentro de la Argentina.
El tema es polémico pero el gobierno está dispuesto a dar este debate en búsqueda de consensos. Eso se evaluó en varias reuniones mantenidas la semana pasada entre el presidente Mauricio Macri, el ministro de Defensa Oscar Aguad, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el jefe de Gabinete Marcos Peña, entre otros.
La intención del gobierno es dotar de «un nuevo y moderno rol» a las Fuerzas Armadas para combatir el avance del narcotráfico, especialmente en el norte del país y en el conurbano. A la vez, la idea es que los militares también se ocupen del combate contra el terrorismo por medio de la ciberdefensa, en cooperación con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y el Ministerio de Seguridad.
«Hay que entender que tanto el terrorismo como el narcotráfico ya no reconocen fronteras y si decidimos combatir esto con seriedad y eficiencia no vemos por qué no podemos poner a trabajar en esta lucha a las Fuerzas Armadas con los recaudos necesarios que se merece el tema», reveló a Infobae un destacado funcionario que empezó a analizar con Macri y algunos ministros el tema.
A la vez, un secretario de Estado remarcó que «hay voluntad política» para que los militares se pongan a disposición de un trabajo conjunto con la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura. Pero el mismo funcionario remarcó que para ello se necesitará «mucho consenso político» en todas las fuerzas partidarias. Confían en este sentido en un eventual apoyo que sectores como el Frente Renovador de Sergio Massa -quien en una entrevista con Infobae en el paso, admitió esa posibilidad- o algunos peronistas que ya habían dado muestras de darle a las Fuerzas Armadas este nuevo papel.
Hay en estudio dos vías posibles para poner en marcha esta estrategia. Una de ellas es la de modificar el decreto 727/ 2006, por el que la ex ministra de Defensa Nilda Garré reglamentó la Ley de Defensa. En uno de sus artículos dice que «el sistema de defensa debe orientarse estructural y organizativamente hacia la conjuración de situaciones de agresión externa perpetradas por fuerzas armadas de otro Estado». Este es un decreto que algunos lo denominan «restrictivo», ya que limita el accionar de las Fuerzas Armadas ante eventuales actos terroristas sólo al espacio de las fronteras. La otra alternativa legal que se maneja es modificar la Ley de Seguridad Interior para darle sustento a los militares en el accionar interno del país. Pero esta última vía se requerirá de un acuerdo mayúsculo en el Congreso que hoy Cambiemos no sabe si lo podría conseguir.
Desde el Ministerio de Defensa se muestran muy herméticos. No obstante, fuentes confiables de esa cartera admiten que «hay que darle un rol más moderno» a las Fuerzas Armadas y adaptarlas al nuevo escenario mundial frente a la penetración de grupos de narcos y la eventual presencia de grupos terroristas en el país. Se destaca en fuentes castrenses que el servicio de Inteligencia del Ejército cuenta con más de un centenar de funcionarios cuyas labores y margenes de acción son difusos.
En épocas en que el entonces general del Ejército César Milani manejaba esa fuerza, hubo severos cuestionamientos y denuncias a su rol por el presunto uso de esa dependencia para perseguir dirigentes políticos de la oposición, empresarios o periodistas. El kirchnerismo nunca aclaró bien esa oscura etapa de Milani pese a su discurso «pseudoprogresista» en materia de uso militar para el combate contra el narcotráfico y el terrorismo.
«Tenemos la oportunidad histórica de mostrar unas Fuerzas Armadas transparentes y al servicio de un país», remarcó un funcionario de la Casa Rosada. También admitió que no será sencillo convencer a la oposición de ese tema con el pasado terrorífico que tuvieron las Fuerzas Armadas durante la dictadura.
En cuanto a las tareas de cooperación del Ejército con Gendarmería y Prefectura en la frontera norte, el actual gobierno dispuso una estrecha colaboración para frenar el avance del narcotráfico. Incluso hay un fuerte apoyo logístico de los militares a las fuerzas de seguridad. Ya hubo varios operativos en Misiones, Corrientes y Formosa, donde se destacó la colaboración del Ejército. Claro que las Fuerzas Armadas aún están limitadas por ley en este accionar.
En relación al combate contra el terrorismo, en el gobierno advirtieron que tal como se da hoy la penetración de grupos extremistas resultaría «anacrónico» que las Fuerzas Armadas no colaboren en la disuasión y la lucha frontal contra grupos terroristas, como sucede en la mayor parte de los países desarrollados. Para ello se pondría énfasis en las tareas de ciberdefensa con el objetivo de frenar eventuales ataques o el desarrollo de grupos extremistas en las redes. Para ello, aseguran, se podría contar con la colaboración de Estados Unidos, Alemania, Israel y otros países que están muy avanzados en el tema.
Comentario de Facebook