MIÉRCOLES, 21 de febrero 2018.- El Gobierno de Cambiemos afrontará hoy lo que probablemente será el mayor desafío en sus poco más de dos años en el poder: un acto al que convocaron importantes sectores sindicales, sociales y políticos de oposición en reclamo de cambios a su política económica, social y laboral.
La convocatoria sucede después de las violentas protestas de diciembre pasado en contra del finalmente aprobado cambio en la fórmula para ajustar las jubilaciones. También en momentos en que el Gobierno quiere ponerle un tope de 15% a los aumentos salariales en paritarias frente a una inflación de 25% en los últimos 12 meses, según el Indec.
En principio convocada por el histórico líder camionero y ex jefe cegetista Hugo Moyano, la protesta terminó por sumar a sectores importantes de la CGT, como también a los movimientos sociales y a organizaciones políticas kirchneristas y de izquierda.
Pero, en cambio, desistieron de participar los “gordos” de los sindicatos de servicios y los siempre oficialistas “independientes” que integran la central. De hecho, la CGT quedó fracturada frente a las posturas distintas ante el gobierno.
Masiva convocatoria
El acto central se realizará frente al Ministerio de Desarrollo Social, en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Belgrano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Una fuente cercana a Moyano estimó que participaría unas 300 mil personas; de ellas, alrededor de 100 mil serán los convocados por el sindicato que codirige Pablo Moyano, a la vez secretario gremial de la CGT. De los cotriunviros sólo asistirá Juan Schmid.
Moyano padre será el orador final, de una lista que hasta anoche no había terminado de definirse pero que incluiría a: el bancario mendocino Sergio Palazzo, líder de la Corriente Sindical Federal, cercana al kirchnerismo; a los líderes de las dos CTA, Hugo Yasky, kirchnerista, y Pablo Michelli; y probablemente a Daniel Menéndez, dirigente de Barrios de Pie, en representación de las tres organizaciones sociales (CTEP y CCC son las otras dos).
La incógnita que hasta anoche persistía es si Moyano convocará a un paro general pues muchos sectores de los que asistirán así lo reclamarán en el acto, como sucedió en la multitudinaria concentración de marzo pasado frente al Ministerio de Industria, convocada por la recientemente unificada CGT, que terminó en abucheos a sindicalistas “gordos” e incidentes. El moyanismo tomó entonces ese pedido e impulsó el paro del 7 de abril, primero general contra la política del Gobierno macrista.
Pero en fuentes cercanas al líder camionero se descartó que hoy pueda llamar a una huelga general. “Un anuncio de ese tipo no dejaría margen para negociar”.
El objetivo es, en cambio, hacer una multitudinaria demostración de fuerza, a partir de la cual sostener un diálogo con el Gobierno en otros términos, a la vez que empezar a dirimir en los hechos el futuro de la CGT.
Después de la deserción del acto de sindicalistas aliados como Luis Barrionuevo, junto con su triunviro Carlos Acuña, en paralelo con la negativa de “gordos” e “independientes”, quedó expuesta la fractura en la CGT. Su futuro, unificada o dividida, empezará a definirse hoy de cara a un congreso en marzo o abril.
El Gobierno buscó minar la convocatoria al presentar el acto como una reacción de autodefensa de Moyano ante el avance de causas judiciales por supuesto lavado de dinero y administración fraudulenta en su contra y de miembros de su familia; en esa interpretación se apoyaron sindicatos “gordos” e “independientes” para desistir de participar, del mismo modo que otros “no alineados”, como la UOM y la Unión Ferroviaria, aunque seccionales y delegados de los mismos participarán.
Moyano, en cambio, amplió la convocatoria con las consignas de defensa de los convenios colectivos, las paritarias libres y el empleo; y contra el aumento de tarifas, combustibles y alimentos; como también contra la reforma previsional.
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