MIÉRCOLES, 4 de abril 2018.- Cada año, la gripe causa epidemias durante los meses de otoño e invierno. Es una enfermedad producida por diferentes tipos de virus que, además, pueden combinarse entre ellos y dar origen a una nueva gripe. Esto es lo que hace que las personas no tengan defensas en el organismo y que mucha gente se contagie.
Además, se transmite muy fácilmente de una persona a otra a través de gotas de saliva o secreciones, cargadas de virus, que expulsamos al hablar, toser o estornudar. Afecta las vías respiratorias, y puede acompañarse de los siguientes signos y síntomas:
-Fiebre (más de 38 °C)
-Tos
-Dolor de garganta
-Debilidad
-Dolores musculares, estomacales, articulares y de cabeza
-Malestar general
-Diarrea y vómitos, en algunas ocasiones
Entre el 5 y 10% de los pacientes que se infecta con estos virus puede tener síntomas cardiovasculares
La médica cardióloga Stella Maris Pereiro Gonzalez (MN 86.337) es miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) y destacó que «diversos estudios clínicos realizados en brotes de gripe observaron un marcado aumento en la tasa de muertes por causas cardiovasculares durante esos períodos de tiempo». «También, pudieron demostrar la eficacia de las campañas de vacunación en este grupo de pacientes, ya que lograron disminuir notablemente el impacto de las posibles complicaciones», remarcó.
«Debemos tener en cuenta que entre el 5 y 10% de los pacientes que se infecta con estos virus puede tener síntomas cardiovasculares. La afectación del corazón ocurre entre 4 y 14 días después del contagio -explicó-. Por eso, es importante recordar que un paciente con enfermedad cardíaca previa tiene más riesgo de morbilidad y mortalidad causada por la gripe».
La vacuna es especialmente importante en aquellas personas de mayor riesgo
¿Quiénes son los grupos de riesgo? Los pacientes con enfermedad cardíaca deben extremar los cuidados. Otras personas en mayor riesgo ante la gripe son las embarazadas; los niños de entre seis y 24 meses; las personas entre los dos años y hasta los 64 inclusive con enfermedades respiratorias, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, enfermedades oncohematológicas y trasplantados, obesos, diabéticos, pacientes en diálisis, entre otros; los mayores de 64 años y los profesionales de la salud.
«Por eso enfatizamos la importancia de la vacunación antigripal en los grupos de riesgo como una eficaz medida de prevención y de promoción de la salud. Esta población de riesgo tiene recomendación de vacunación antigripal y no debería requerir orden médica (en el ámbito público de vacunación)», insistió Pereiro Gonzalez, quien resaltó que «la gripe puede afectar a algunas personas más que a otras».
La fecha de comienzo de la campaña de vacunación está determinada por la época en que comienza a circular el virus, esto es marzo y abril
En este sentido, la vacuna es especialmente importante en aquellas personas de mayor riesgo y para todos aquellos que estén en contacto con ellas. «Es la mejor protección que tenemos para esta enfermedad y para sus complicaciones ya que puede provocar neumonías y empeorar las enfermedades ya existentes. Vacunarse salva vidas», sostuvo.
Sobre por qué es necesario repetir la vacunación todos los años, explicó: «La evolución normal del virus presenta variaciones de un año a otro, entonces las vacunas deben ser modificadas adaptándolas a las nuevas cepas que se estima circularán en cada temporada».
La fecha de comienzo de la campaña de vacunación está determinada por la época en que comienza a circular el virus, esto es marzo y abril. Cuanto antes se vacunen quienes deban hacerlo, más protegidos van a estar.
La evolución normal del virus presenta variaciones de un año a otro
Para finalizar, la especialista subrayó que «la prevención es la mejor medida contra la gripe». Y enumeró una serie de recomendaciones:
– Lavarse las manos con frecuencia. Siempre con agua y jabón, y durante un minuto.
– Taparse la boca y la nariz con un pañuelo de papel al estornudar o toser, e inmediatamente después tirarlo a la basura.
– Limpiar frecuentemente las superficies de muebles, picaportes de puertas y objetos que manipulen varias personas. Para ello, utilizar productos de limpieza habituales. Ventilar los ambientes abriendo las ventanas.
– Evitar el contacto muy cercano. No compartir vasos, cubiertos y otros objetos que puedan estar en contacto con saliva o secreciones.
– Llevar una dieta saludable, descansar adecuadamente, beber agua, y realizar actividad física.
– Evitar el tabaco y el alcohol.
– Los antibióticos comunes no mejoran los síntomas ni aceleran la curación.
– Ante un cuadro de gripe, seguir los consejos para no contagiar a otras personas. Los pacientes cardiovasculares deben mantener su medicación habitual y cumplir con el tratamiento salvo otra indicación de su cardiólogo. Consultar inmediatamente si notan falta de aire, si es mayor a la habitual, o si perciben cambios significativos en su estado de salud.
Comentario de Facebook