DOMINGO, 20 de mayo 2018.- La potente erupción del volcán Kilauea ocurrida este jueves después de una continua actividad en la Isla de Hawái, había sido predicha por científicos la semana pasada.
Donald Swanson, un volcanólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), aseguró entonces que una hipotética explosión «provocaría riesgos en todas las escalas». El experto advirtió que se produciría una serie de fuertes explosiones de vapor que podrían ‘bombardear’ el área cercana al cráter con rocas de entre 10 y 12 toneladas de peso y arrojar cenizas hasta una distancia mayor a treinta kilómetros.
Además, Swanson sostuvo que zonas situadas en un radio de varios kilómetros recibirían el impacto de rocas más pequeñas, «del tamaño de canicas». Y a una distancia a más de 30 kilómetros se podría ver «ceniza flotando en el cielo como si fuera nieve».
El especialista había advertido que esa erupción sería producida por el movimiento de magma desde la cima hacia la zona residencial de Leilani Estates y el posterior encuentro del río de lava con el agua subterránea.
Finalmente así sucedió. El volcán Kilauea ha emitido el jueves pasado una densa columna de cenizas tras una erupción «explosiva» en la cima. La erupción en el cráter Halema’uma’u ha sido captada por las cámaras del Observatorio Vulcanológico de Hawái y la altura de la columna de cenizas ha superado los 9.000 metros.
La erupción del Kilauea se ha producido tras la apertura de más de una decena de grietas al este de la zona de fisuras volcánicas. La lava derramada de las fisuras, que se abrieron en la zona residencial de Leilani Estates, destruyó al menos 26 viviendas y 10 estructuras.
Los científicos aseguraron que la erupción fue la más potente de los últimos días a pesar de haber durado tan solo unos minutos. La misma se produjo dos semanas después de que el volcán comenzó a enviar flujos de lava a los vecindarios a 40 kilómetros al este de la cumbre.
«No tenemos forma de saber si esto es realmente el comienzo o el final de la erupción», advirtió Tom Shea, un volcanólogo de la Universidad de Hawái.
Por su parte, la volcanóloga Janine Krippner comentó que era casi imposible determinar cuándo el volcán dejaría de tener actividad, «porque los procesos que lo conducen caen debajo de la superficie y no podemos verlos».
El volcán Kilauea entró en erupción a principio de mayo tras una serie de sismos. Sus eyecciones de lava alcanzan hasta 70 metros de altura y han obligado a la evacuación de alrededor de 2.000 personas, amenazando la integridad de decenas de inmuebles.
A causa de los movimiento de lava, los incendios, la emanación de gases tóxicos y las lluvias ácidas, la población local se ha visto obligada a dejar sus hogares y a trasladarse a lugares más seguros en el suroeste de la isla.
El Kilauea es un volcán en escudo, caracterizado por grandes dimensiones, sobre todo la anchura, que permanece activo desde 1983.
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