SÁBADO, 21 de julio 2018.- Es un delfín pequeño, de aproximadamente dos metros. Fue bautizado como Aondelphis talen -que en lengua tehuelche significa delfín del sur pequeño- por haber sido hallado en Chubut. “Si bien los restos que analizamos son bastante fragmentarios, los huesos del oído permitieron determinar que se trata de una especie nueva”, asegura la becaria doctoral Mariana Viglino, miembro del Grupo de Paleontología y Paleoambientes del Neógeno Marino Patagónico del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET).
El animal estudiado, que habitó los mares patagónicos hace unos 20 millones de años, pertenece a la superfamilia Platanistoidea, un grupo que fue muy diverso en el pasado, según se infiere por la gran cantidad de especies fósiles que se encontraron a lo largo del tiempo y en diferentes lugares del mundo. Sin embargo, en el presente, este grupo se encuentra representado por una sola especie, que es Platanista gangética: el delfín del río Ganges de la India.
“Este animal nos aporta una nueva pieza para comenzar a responder el interrogante evolutivo de cómo un grupo que hace 20 millones de años era sumamente diverso, actualmente presenta una sola especie y ya no vive en el mar, ni en el hemisferio sur, sino en ríos del hemisferio norte. El registro fósil de este grupo que se fue encontrando en las últimas décadas en Patagonia es muy importante para la ciencia”, señala Viglino.
Las características anatómicas del oído que presentaban los restos óseos de este delfín permiten suponer que Aondelphis talen contaba con la habilidad de la ecolocalización, una característica fundamental que también se observa en los delfines actuales. “Para estos animales, desde el punto de vista adaptativo, la audición es clave. Tienen una vista muy limitada y esta capacidad les permite percibir el entorno a través del eco que se produce en los objetos tras el sonido que emiten los delfines para guiarse”, describe la investigadora asistente del IPGP-CONICET y miembro del grupo, Mónica Buono.
El equipo multidisciplinario de científicos del que Viglino y Buono forman parte busca obtener información adicional no sólo del animal colectado, sino del entorno y el ambiente que habitó. Para esto se están iniciando estudios geológicos.
“El análisis de los sedimentos en los que se encontraban depositados los restos va a precisar con mayor exactitud su antigüedad y aportará datos sobre el ambiente y la fauna. Asociados a los cetáceos encontramos una gran diversidad de invertebrados, como moluscos, equinodermos, crustáceos, entre otro. Existe una diversidad de fauna que habitaba el mismo ambiente que este delfín y que aporta valiosa información”, explica el geólogo e investigador asistente del IPGP-CONICET y miembro del equipo, José Cuitiño.
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