MIERCOLES, 13 de febrero 2019.- Esta mañana un hombre se encadenó en la puerta del Concejo Deliberante de Río Grande para pedir “un puesto de trabajo para su hija” que se encuentra desocupada.
Héctor Mario López es un ex empelado del Concejo Deliberante, trabajo desde el año 1999 y se desempeñaba como personal de mantenimiento. Se jubiló en el año 2013. “Me encadené porque por ley le corresponde a mi hija ocupe el puesto que dejé».
Sin embargo la ley señala todo lo contrario: de acuerdo a las normativas vigentes, no hay ningún tipo de «derecho de sangre», que permita que los consanguíneos de una persona tenga trabajo garantizado en el Estado.
Sí existen convenios colectivos de trabajo, en todos los casos particulares, que habilitan el nombramiento de un familiar en determinadas casos, aunque esta no es la norma.
López expresó que mantuvo una reunión con el presidente del Concejo Deliberante, Alejandro Nogar. “No me dio ninguna solución” y “me dijo que el tema lo está manejando el gremio, APEL, -gremio que nuclea a empleados legislativos-.
“Hasta que me den una solución no me van a sacar de acá, lo único que me queda es pelear por mi hija y mi nieto de 5 años».
Tras las repercuciones del caso, hasta al edificio del Concejo Deliberante se acercó la hija del jubilado a pedirle que se retire del lugar.
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