LUNES, 29 de enero de 2018.- Es el tercer felino más grande del mundo, luego del tigre y el león. Emblema de la Argentina, el yaguareté brilla en los nuevos billetes de 500 pesos. Pero su situación de conservación sigue siendo crítica. Si bien los últimos relevamientos muestran que las poblaciones en la provincia de Misiones empezaron a recuperarse –gracias a los esfuerzos de investigadores y organismos de protección–, el panorama en la región chaqueña es sombrío: sólo quedan veinte ejemplares.
Las organizaciones de conservación Proyecto Yaguareté y Red Yaguareté confirmaron que a mediados de 2017 murió uno de los últimos ejemplares de los que se tenía registro en las provincias de Chaco y Formosa. “Fue muerto por cazadores y su cabeza arrojada dentro de una bolsa en un sitio cercano a Resistencia. Si bien el hecho sucedió hace unos meses, pudimos reunir la información hace unas semanas, en virtud del hermetismo que existió en la Dirección de Fauna del Chaco, la Administración de Parques Nacionales y la Dirección de Fauna Silvestre de la Nación, todos organismos responsables de la conservación de esta especie y que estaban al tanto del hecho en cuestión”, denunció la Red.
Las muestras de ADN de la cabeza de yaguareté encontrada fueron analizadas por el equipo de científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales y del Proyecto Yaguareté. “Lamentablemente los resultados de los análisis genéticos confirmaron que este individuo era uno de los últimos yaguaretés pertenecientes a la población chaqueña de Argentina. A la fecha, las investigaciones sobre los posibles cazadores están aún en curso y no se han hallado culpables”, informó la ONG.
Investigadores del Conicet que trabajan con la especie advirtieron sobre la necesidad de incrementar las medidas de protección. Según Agustín Paviolo, investigador adjunto del Conicet en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, Conicet– UnaM) en Argentina sólo existen tres regiones en las que se encuentran yaguaretés viviendo en condiciones naturales: las yungas salteñas, la selva misionera y el bosque chaqueño. “Aunque todas las poblaciones están muy disminuidas y se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, las que están ubicadas en estos dos últimas áreas del Nordeste son las más comprometidas, debido a una gran diversidad de factores que también tienen que ver con las propias condiciones naturales”, explicó a través de un comunicado.
Los datos que se obtuvieron tras relevamientos científicos en el área de la provincia de Misiones y zonas aledañas de Brasil revelaron que entre 2005 y 2016 se triplicó la población de yaguaretés y que hay alrededor de 90 ejemplares en su hábitat. En tanto, en la región chaqueña –que abarca a las provincias de Chaco y Formosa-, la situación en más grave, ya que se estima que no quedan más de 20.
“En los últimos años se hicieron relevamientos en superficies muy extensas, tanto de la selva misionera como del bosque chaqueño, pero no hay registros fotográficos en Chaco y Formosa, lo que demuestra que la situación es gravísima”, señaló Carlos de Ángelo, otro de los científicos del Conicet que se dedica a estudiar esta especie y también se desempeña como investigador adjunto en el IBS.
Según Paviolo y De Ángelo, los buenos resultados obtenidos en Misiones fueron posible gracias a los esfuerzos sostenidos de distintas instituciones (Conicet, ONGs, organismos estatales, entre otros), que permitieron el diseño y el desarrollo de distintas políticas de protección de la especie: “En la zona del Chaco, la crítica situación exige un mayor compromiso por parte de los sectores involucrados”.
Para las ONG’ a excepción de la implementación del Parque Nacional El Impenetrable, las provincias y la Nación continúan sin poner al yaguareté entre los primeros ítems de sus agendas. “Parecen mirar en silencio como de a poco desaparece de sus territorios. Es una cuestión de decisión política, los salvaremos o los dejaremos extinguirse. Está sucediendo en este preciso momento”, concluyeron.
Foto: Proyecto yaguareté
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