MARTES, 12 de junio 2018.- “Imaginamos que la Antártida es un área natural, pura”, dijo Estefanía González, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace, “pero la contaminación y el cambio climático y la pesca industrial de krill, están dejando una huella clara y dañina de la humanidad. Los resultados muestran que los hábitats más remotos de la Antártida están contaminados con desechos microplásticos y químicos peligrosos persistentes. Es urgente la creación del Santuario en el Océano Antártico para proteger los pingüinos, las ballenas y todo el ecosistema.”
Siete de las ocho muestras de agua de superficie marina analizadas contenían microplásticos, tales como microfibras (al menos un elemento microplástico por cada litro de muestra). Además, se tomaron 9 muestras con un “manta trawl” para analizar en búsqueda de microplásticos. Se detectaron fragmentos en dos muestras. Siete de las nueve muestras de nieve analizadas contenían concentraciones detectables de los químicos persistentes llamados sustancias alquiladas perfluoradas y polifluoradas o PFC.
Estos químicos se utilizan ampliamente en muchos procesos industriales y productos de consumo y han sido relacionados a problemas reproductivos y de desarrollo en la fauna. Las muestras de nieve recolectadas incluían nieve recién caída, sugiriendo que los químicos peligrosos fueron depositados desde la atmósfera.
Hay relativamente poca información acerca de microplásticos en aguas del Océano Antártico, y este análisis aporta información nueva y valiosa acerca de la presencia y el estado de dicha contaminación en la región.
“Vimos todo tipo de desechos de la industria pesquera en la Antártida”, continuó Frida Bengtsson, de la campaña Protege la Antártida, de Greenpeace. “Boyas, redes y lonas hundidas entre icebergs, lo que fue muy triste de ver. Las quitamos del agua pero me quedó muy claro que necesitamos mantener este área fuera de los límites de la actividad humana si vamos a proteger a la increíble fauna de este ecosistema”.
“Se ha encontrado plástico en todos los rincones de nuestros océanos, desde la Antártida hasta el Ártico y en el punto más profundo del océano, la Fosa de las Marianas. Necesitamos actuar de manera urgente para reducir el curso del plástico hacia nuestros mares y necesitamos reservas marinas a gran escala, como un enorme Santuario en el Océano Antártico, que más de 1.6 millón de personas está pidiendo, para proteger la vida marina y nuestros océanos para las futuras generaciones.”
Las muestras se tomaron durante una expedición de Greenpeace que duró tres meses, desde enero a marzo de 2018.
Greenpeace estaba llevando adelante una investigación científica, que incluía inmersiones submarinas como parte de una campaña para crear un Santuario Oceánico en el Antártico. A 1.8 millones de km2, sería cinco veces el tamaño de Alemania y el área protegida más grande del planeta.
El santuario está siendo propuesto por la UE y se tomará una decisión en la futura reunión de la Comisión del Océano Antártico (CCRVMA) en octubre de 2018.
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