VIERNES, 13 de abril 2018.- EE.UU., Reino Unido y Francia han decidido bombardear Siria la madrugada del 14 de abril en respuesta al supuesto ataque químico llevada a cabo la semana pasada en la ciudad de Duma (Guta Oriental), del que Occidente acusa al Gobierno de Bashar al Assad sin tener ninguna prueba.
Las autoridades de Siria han negado que Damasco perpetrara el supuesto ataque.
El secretario de Defensa de Estados Unidos (EE.UU.), James Mattis, admitió que su país no tiene evidencias del uso de sustancias químicas en Duma: «No tenemos tropas, no estamos involucrados en el terreno allí, así que no puedo decir que tuviéramos pruebas, a pesar de que contáramos con muchos indicios», dijo el jueves.
Los servicios rusos de seguridad química y radiológica viajaron al supuesto lugar del incidente pero «no se encontraron personas tratadas por intoxicación química», informó la embajada de Moscú en Londres a través de un comunicado.
Para Moscú, el supuesto ataque es «falso» y forma parte de un intento por desviar la atención del caso Skripal, ante la negativa de Londres de colaborar con la investigación para esclarecer los hechos y su insistencia en lanzar «acusaciones injustificadas contra Rusia», ha dicho Nebenzia.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su gobierno tiene «datos irrefutables» de que se trata de «una nueva puesta en escena» encabezada por un país que «se desvive por estar en la vanguardia de la campaña rusófoba».
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