El Concejo Deliberante ¿para qué está? ¿O no está? Juguemos en la ciudad!

DOMINGO, 8 de abril 2018.- Se denomina Concejo Deliberante al poder legislativo de los municipios de la Argentina. Está integrado por un cuerpo de concejales, cuya función es la elaboración de las ordenanzas que rigen las actividades que se realizan en un municipio y que no son alcanzadas por la legislación provincial o nacional.
Muchas de las iniciativas y planes que pone en marcha el gobierno tienen su origen en los debates de ideas y proyectos que se dan en el ámbito del Concejo Deliberante. ¿Será así…?

Para cumplir con esta misión es necesario conocer a fondo la realidad de la ciudad y sus comunidades, sus necesidades e inquietudes, a los efectos de poder llevar adelante iniciativas que sirvan para mejorar la calidad de vida de los ríograndenses, como así también, aportarle soluciones a las inquietudes de los vecinos. ¿Se involucran con los vecinos nuestros concejales…?

Otras de las potestades indelegables del Concejo es la de órgano contralor y fiscalizador del Ejecutivo Municipal. Precisamente en la división de los poderes del Estado, la representación de la oposición en el órgano legislativo tiene un doble sentido. Por un lado para que en el debate que precede a la sanción de una norma, todos estén representados y no se haga solamente lo que pretende el oficialismo. ¿Controlan al ejecutivo…?

Por otra parte, para garantizar mecanismos de control de la gestión municipal. Para ello el Concejo tiene la posibilidad de pedir informes, citar a funcionarios y llegado el caso conformar comisiones investigadoras sobre algún tema en particular. La función de control es muy importante para el sistema democrático porque garantiza que nadie pueda hacer lo que quiera en el manejo de un gobierno de la ciudad.

En los tiempos en los que vivimos estaría bueno reflexionar un poco sobre cuál es el verdadero rol del concejal en la gestión local.

Cuando escuchamos la tarea que llevan a cabo los concejales cada día en nuestras ciudades, es obvio suponer que la gente se pregunte ¿para qué están? Tal vez los concejales no se valoran en su real dimensión…

Algunos especialistas en estos temas señalaron en varias oportunidades que los concejales tienen una baja estima entre ellos y que por ello se desvalorizan con sus acciones. Muchas veces no saben cómo encarar una gestión determinada y sienten angustia de ver que la gente no valora lo que hacen.

Su función no es solamente poner nombres a las calles o ayudar a los vecinos a conseguir una ayuda social, o quien sabe que…, pero lo correcto es suponer que los concejales están para actividades que tienen una gran relevancia en la vida democrática de las ciudades.
Según la opinión de muchos vecinos, los concejales están para grandes obras. Una de ellas y tal vez la más trascendental es la de construir ciudadanía.

Entonces volvemos a preguntarnos ¿cuál es el rol legislativo del concejal? ¿Cuál es el papel del concejal en la democracia moderna? Seguramente tiene que ver con el surgimiento de mecanismos participativos y la tensión que generan sobre la legitimidad de las instituciones representativas.

El Concejo Deliberante de cualquier ciudad tiene que hacer un control de la gestión, mirar qué hace el ejecutivo municipal, tener un indicador para medir la calidad de gestión del intendente. Tiene un papel fundamental a cumplir con la educación del ciudadano y un gran trabajo con la prensa en este campo.

No sólo es presentar la mayor cantidad posible de proyectos para competir en un ranking, sino que deben mejorar la calidad del Concejo Deliberante.

Los concejales deben construir ciudadanía promoviendo la participación ciudadana. La gente necesita recuperar la confianza en ellos, necesitan ver continuidad en sus actos. Deben preguntarse ¿Vamos por el mismo camino los ciudadanos y los políticos? Cuestionarse todo esto nos puede llevar a revalorizar la política.

Los concejales pueden legislar y controlar los gobiernos en nuevos campos como el cuidado del medio ambiente, la seguridad ciudadana y la protección de los derechos humanos, la promoción económica, la defensa del consumidor, el acceso a la justicia y ayudar a la resolución de conflictos locales, la promoción social, otros.

Un aspecto fundamental a tener en cuenta es que se involucren en los temas de la deficiente o inexistente planificación urbana. Deben propender a exigir al ejecutivo municipal de cada ciudad a cumplir con un plan urbano ambiental y a hacer un seguimiento implacable del mismo.

Que bueno sería que se involucren con los vecinos y busquen solución a los problemas de la ciudad.

Otro punto a tener en cuenta por parte de los concejales, sería transmitir en su totalidad las sesiones deliberativas ya sea por radio, televisión o usando la poderosísima herramienta de Internet. Esto hablaría bien de ellos y ayudaría mucho en todo este proceso participativo del que hablamos.

En la Grecia Antigua el dolor más terrible que le podía suceder a un ciudadano era el de ser desterrado, perder su ciudadanía, no poder participar de las discusiones en el ágora. Qué lejos estamos de participar de los temas de la cosa pública. Quizás aquí está la cuestión, por ello tenemos estos representantes en nuestras ciudades.

Debemos ayudarles, cambiando nuestra actitud como ciudadanos. Si nos involucramos en las decisiones, en un tiempo no muy lejano, tendremos otras ciudades… otro país.

Por Walter D`Angelo

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