MARTES, 18 de septiembre 2018.- El joven Maximiliano Daniel Tartaglia tiene 25 años y vive una de sus experiencias más importantes a nivel profesional y personal: navegar 119 días a bordo del buque escuela de la Marina de Brasil, en el marco del XXXII Viaje de Instrucción.

Rumbo a Tolón, Francia – el Guardiamarina Maximiliano arribó a la ciudad de Río de Janeiro el 15 de julio para emprender una nueva travesía en su formación naval: esta vez embarcado en el buque escuela “Brasil” hasta el 9 de noviembre. El navío tiene como fin dar experiencia práctica y formación a los futuros oficiales de la Marina de Brasil.

Luego de visitar las ciudades de Natal, Belém y Fortaleza en Brasil, el buque escuela partió a Europa para arribar a Las Palmas y Valencia en España, ciudad que despide hoy viernes para seguir rumbo a Tolón y luego Ruan en Francia; y continuar su itinerario a El Pireo (Grecia), Génova (Italia), Lisboa (Portugal), Londres (Inglaterra), Hamburgo (Alemania), Baltimore y Miami (Estados Unidos), y Cartagena (Colombia).

“Es una experiencia única e incomparable tener la posibilidad de compartir con personas de una cultura diferente, y que representan a una Institución naval de otro país; más allá de los colores de las banderas y de las fronteras, todos los marinos estamos unidos por un mismo sentimiento y estilo de vida”, destacó Maximiliano.

Desde el primer día que arribó a la nave ansió involucrarse con sus pares y conocerlos más allá de los uniformes: “Pude interactuar con la Plana Mayor del buque, e incluso hablar con la gente que se encuentra a bordo, tanto civiles como militares”.

También contó que realiza la misma rutina y actividades que los Guardiamarinas brasileños y que sigue su andar diario a través de las piernas de navegación. “Hay días donde se deben realizar cálculos astronómicos; otros, cubrir guardias en el Puente de Comando y en la Central de Información de Combate (CIC). También participo de las clases académicas en las aulas y en el Simulador de Cálculo”.

Para el Guardiamarina Tartaglia, representar al país y a la Armada Argentina significa un orgullo muy grande: “Es una gran responsabilidad, estoy muy agradecido de haber sido quien representa a la Nación en este navío. Todos los días trato de dar lo mejor de mí y estar a la altura de las circunstancias”.

Maximiliano resaltó que “servir a la Patria no es solamente defender la bandera del país, sino también a la gente que amamos, nuestros amigos, familiares, nuestra cultura y lo que somos. La Patria está conformada por lo que somos y las personas que queremos, y considero que no hay orgullo más grande para una persona que su vocación sea defender eso”.

“Escogí a la Armada Argentina para llevar adelante mi sueño de defender a mi país y no pude haber tomado una mejor decisión. Realmente me siento realizado dentro de la Institución, tanto personal como profesionalmente y siempre tomo de la mejor manera la nueva aventura que me depara mi carrera militar”, agregó.

Desde chico se sintió identificado con la Armada

Nacido en Río Grande, su pasión por la Armada Argentina se manifestó en los primeros años de la escuela secundaria y, si bien en un comienzo no conocía mucho de qué se trataba, investigó y se decidió por la carrera de oficial. En 2013, su sueño comenzó a hacerse realidad cuando por primera vez se presentó en las instalaciones de la Escuela Naval Militar (ESNM).

“Desde muy joven siempre me sentí muy identificado con la Institución, la proximidad del Batallón de Infantería de Marina N° 5 de Río Grande y el vínculo que tiene el destino naval con la comunidad me llamó la atención; desde ese entonces definí cuál sería mi vocación para el resto de mi vida”, destacó Maxilmiliano Tartaglia.

Su actual destino es la corbeta ARA “Robinson” con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires. Durante sus años en la ESNM se embarcó en diversas unidades de superficie y, en 2016, en el submarino ARA “San Juan” del cual guarda los mejores recuerdos: “Fue uno de los embarcos más emocionantes que viví; y le tengo un gran aprecio a todo el personal que conocí y que formó parte de mi instrucción en ese momento. Sin dudas, amplió mis conocimientos sobre las diferentes ramas de la profesión”.

Cuando se le preguntó qué es lo que más le gusta de la Armada, expresó que le costaba definir una como la más importante. Sin embargo, destacó el hecho de trabajar junto con otras personas por el bien común del grupo, sea en un destino en tierra o en el mar: “Lo pude evidenciar durante el tiempo que estuve en la ‘Robinson’ donde todos deben poner su parte humana y profesional; el sentido de pertenencia a la unidad, a la Fuerza y la camaradería que se genera, son fundamentales”, enfatizó.

Y recordó con mucho cariño su Viaje de Instrucción el año pasado a bordo de la fragata ARA “Libertad”: “Si tuviera que elegir algo de todo lo que extraño, es el sentido de camaradería y de trabajo grupal que tenía la dotación. Fue una experiencia increíble, donde conocimos diferentes culturas, vivimos un fuerte intercambio profesional y acrecentamos nuestro conocimiento del quehacer naval”.

En lo que respecta a su vida personal, Maxi destacó el apoyo incondicional de su mamá, María: “Es esencial y muy importante contar con el apoyo de la familia. Cuando realicé embarcos largos, como mi Viaje de Instrucción en la fragata, siempre me sentí contenido y sostenido por ella. Mi mamá vive en La Plata y trato de visitarla una vez por mes, siempre que la rutina de a bordo me lo permita”.

Durante su infancia concurrió a la Escuela N°32 y en su adolescencia, a la Escuela de Educación Integral Marina (EPEIM) de Río Grande. Su deporte favorito es el rugby y entrenó durante sus años de secundaria en el Club Universitario de Rugby; deporte que continuó en la Escuela Naval y, más tarde, en Tiro Deportivo. Apasionado por el estudio de lenguas extranjeras, se dedicó de lleno a cursar alemán y a perfeccionar su manejo de inglés.

Tartaglia -para los amigos “Tartu”- se encuentra surcando los mares del mundo con el objetivo de fortalecer los lazos de amistad entre las Marinas de Argentina y Brasil e incrementar su conocimiento profesional en este intercambio naval.

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