JUEVES, 12 de julio 2018.- El ibuprofeno, un medicamento más que conocido, podría servir para tratar a pacientes con fibrosis quística, una enfermedad genética con altas tasas de mortalidad y que afecta a niños y adolescentes.
La innovación fue desarrollada por investigadores del Conicet que trabajan en el Centro de Excelencia en Productos y Procesos Córdoba (Ceprocor) y por la empresa local Química Luar.
Justamente este laboratorio ya produce medicamentos para estos pacientes, pero estaban interesados en desarrollar algún tratamiento más novedoso. En el Ceprocor se encontraron con Dante Beltramo, quien también tenía una cuenta pendiente con esta enfermedad.
“Mi sobrina falleció de fibrosis quística a pesar de que fue trasplantada. No quería irme de este mundo sin aportar un granito de arena para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Lamentablemente es una enfermedad genética con la que no se puede hacer nada, sólo dar paliativos”, dice el investigador.
Los científicos se enfocaron en el ibuprofeno. Esta droga se usa desde hace más de 50 años como antiinflamatorio y analgésico, pero en la literatura especializada también figura que tiene propiedades bactericidas bajo ciertas circunstancias.
Los investigadores del Ceprocor decidieron probar este efecto con las bacterias que habitualmente infectan a las personas con fibrosis quística.
La principal consecuencia de la enfermedad es la formación de una mucosidad en los pulmones que los hace susceptibles de infectarse con bacterias patógenas como Pseudomonas o Staphylococcus. El cuadro trae muchas complicaciones y puede provocar la muerte.
“La innovación más importante que logramos fue transformar al ibuprofeno en una sal para que sea soluble. Es la diferencia más grande de nuestra propuesta respecto de un trabajo similar que publicaron investigadores de Texas (Estados Unidos) casi en simultáneo”, explica Roxana Alasino, también investigadora del Conicet y Ceprocor.
Al hacerlo soluble, el fármaco puede administrarse en nebulizaciones. “Además, la sal de la droga funciona mejor como bactericida que su versión original”, dice Beltramo. Pero la sorpresa continuó.
Los investigadores comenzaron a estudiar cómo la droga mataba a las bacterias y decidieron probarla en un medio con mayor carga iónica, esto es, una solución salina.
“La sorpresa fue que el poder bactericida aumentó y también la velocidad de acción. Pensamos que iba a ocurrir lo contrario. Cuando se dan esos resultados, repetís varias veces los experimentos para estar seguros”, confiesa Beltramo.
La solución salina potencia en 10 veces el efecto bactericida y logra que la actividad se reduzca a minutos en lugar de horas.
Lo interesante es que los pacientes con fibrosis quística ya se nebulizan con una solución salina para tratar la secreción pulmonar. De hecho, Química Luar es la primera empresa nacional que desarrolló una formulación especial para estos pacientes.
Las pruebas fueron realizadas in vitro y también con ratones a los que se los nebulizó dentro de cajas especiales. El trabajo fue publicado en la revista científica Pharmaceuticals.
De la investigación también participaron Adrián Muñoz, Ariel Garro, Valeria Heredia, Néstor García, David Cremonezzi y Victoria Leonhard.
Ensayos clínicos
Química Luar ya comenzó los trámites para iniciar los ensayos clínicos. Y desarrolló dos potenciales formulaciones: una líquida, lista para usar, y otra liofilizada, un polvo al que sólo hay que agregarle agua.
La administración debería realizarse con nebulizadores especiales para que las partículas lleguen bien profundo al sitio donde debe actuar el medicamento.
“Si bien la droga es conocida, la vía de administración es distinta, por lo que hay dar casi todos los pasos como si fuera un nuevo fármaco”, explica Luis Argañarás, socio gerente de la empresa.
Y el procedimiento está lleno de dificultades. “Hay pocos pacientes en Argentina, apenas unos 1.200, de los cuales 300 son candidatos al estudio. Y necesitamos 100”, detalla el empresario.
Y agrega: “La otra complicación es que es un estudio muy costoso para una laboratorio chico como el nuestro. Y tampoco tenemos apoyo del Estado”. Además, se trata de pacientes de alto riesgo, por lo que pueden tener muchas complicaciones durante la prueba.
No obstante, la empresa, con apenas 30 empleados, ya está construyendo una planta para producir el fármaco. “Le tenemos una fe bárbara”, dice Argañarás.
Innovación como estrategia
El empresario explica que Luar tiene como estrategia de negocios buscar productos innovadores.
“No tenemos grandes estructuras comerciales ni productivas. Nuestra manera de agregar valor es por la innovación. Además, tenemos un compromiso con los pacientes de fibrosis quística porque a muchos los conocemos personalmente. Uno se desespera por buscar soluciones para ellos”, comenta Argañarás.
En tanto, los científicos cuentan que cuando empezaron el proyecto hace unos cinco años, muchos lo miraban como algo extraño. Hasta que investigadores de Texas realizaron una publicación.
“Ahora nos piden que publiquemos más trabajos sobre el tema”, asegura Alasino.
El desarrollo está patentado y fue aceptado a nivel internacional. La idea es presentarlo en varios países para lograr protección. La patente pertenece a la empresa y los investigadores figuran como los inventores.
Natalí Maidana padecía fibrosis quística. Fue trasplantada el lunes, en Brasil, pero luego falleció. La joven había llegado con muchas complicaciones a la intervención. Nuevos tratamientos mejorarían la calidad de vida de los pacientes.
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