MARTES 23 de febrero 2021.- El síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C, por su sigla en inglés), según profesionales de la salud e investigadores de Estados Unidos, se está presentando de forma más grave en los últimos meses, en comparación a los casos detectados durante la primera ola de la pandemia.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome?
Incluye fiebre, sarpullidos, ojos rojos o problemas gastrointestinales y pueden evolucionar hasta provocar una disfunción cardíaca, incluido el choque cardiogénico, en el que el corazón no se puede comprimir lo suficiente para bombear la sangre. Algunos pacientes han llegado a desarrollar una cardiomiopatía, que endurece el músculo cardíaco, o una arritmia.
Al respecto, Roberta DeBiasi, directora de enfermedades infecciosas del Hospital Nacional de Niños de Washington D. C, aseguró que en el último tiempo se están «recibiendo más niños con MIS-C» y «parece que un mayor porcentaje de ellos está bastante grave”.
Mientras que durante la primera ola de la pandemia la mitad de niños y adolescentes con este síndrome necesitaba de la unidad de cuidados intensivos, en esta nueva ola ese grupo se encuentra entre el 80 y el 90 por ciento.
Las razones, sostuvo la especialista, no son claras. Una posibilidad, señaló en ese sentido, es que el aumento de casos graves esté relacionado al mayor número de contagios que se registró en Estados Unidos en el último tiempo, dado que el país tuvo un pico de infecciones por coronavirus tras las vacaciones de invierno. Aunque el temor por las nuevas variantes también está sobre la mesa, los expertos y expertas aclararon que no hay pruebas al respecto y «aún es muy pronto para especular».
Según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos -el registro llega hasta diciembre y marca un aumento desde octubre–, este síndrome afectó a 2060 niños y adolescentes en 48 estados, Puerto Rico y el Distrito de Columbia, y causó 30 fallecimientos. Si bien la media de edad fue de 9 años, se ha detectado en bebés y hasta jóvenes de 20 años.
El problema, remarcó la directora médica de trasplantes cardíacos pediátricos e insuficiencia cardíaca avanzada en el Children’s Hospital & Medical Center de Omaha (Nebraska), Jean Ballweg, es que se desconocen los alcances de este síndrome: «en realidad no sabemos qué ocurrirá a largo plazo”, admitió.
Su hospital, afirmó Ballweg, atendió dos casos al mes entre abril y octubre (un 30 por ciento de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos), diez casos en diciembre y doce en enero (el 60% necesitó cuidados en la UCI, con respiradores).
“Claramente, parece que están más enfermos”, lamentó.
Algunos profesionales de la salud aseguraron que se están aplicando tratamientos eficaces que, además de esteroides, inmunoglobulina y anticoagulantes, pueden incluir medicamentos para la presión arterial, un inmunomodulador llamado anakinra y oxígeno suplementario.
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