Bertone echó al enfermero de San Sebastián y dejó la frontera sin cobertura sanitaria

MIÉRCOLES, 19 de abril 2017.-  Miles de familias que transitan y viven en el paso fronterizo de San Sebastián, quedaron nuevamente desamparadas y sin cobertura sanitaria por el capricho de la gobernadora Rosana Bertone. La gobernadora en un ataque de histeria habría ordenado «a los gritos» a su ministro  el desalojo del  enfermero que voluntariamente cumplía funciones en el puesto sanitario.

Este martes por la tarde el enfermero Juan Carlos Torres fue notificado que debía abandonar el puesto sanitario de San Sebastián, y retornar a Tolhuin. A partir de ese momento el puesto sanitario quedó totalmente abandonado y la población de San Sebastián,  maestros y alumnos de las  Escuelas Provinciales  Nº 17, «Comisario Ramón Lucio Cortes» y Nº 37, «Patricio O’Byrne» de Cullen, gendarmes, policías, personal de Migraciones y Aduana, trabajadores petroleros, y rurales de las Estancias Sara, San Martín y Cullen, y las miles personas que transitan rumbo a Chile,  y por ruta nacional hasta el Hito 1, quedaron totalmente desamparados y sin cobertura sanitaria por parte de la provincia.

El enfermero echado por Bertone, cumplió funciones durante una semana, tiempo durante el cual efectuó  un relevamiento sanitario de la población, recorriendo toda la zona con su propio vehículo, ya que el estado no le proveyó medios logísticos.

La gobernadora Rosana Bertone habría entrado en cólera por la información que daba cuenta que ante «la inutilidad de su gobierno», un enfermero residente en Tollhuin, voluntariamente habría solicitado su pase al puesto de San Sebastián para brindar cobertura sanitaria a los vecinos y cubrir las rutas nacional 3, e internacional a Chile.

Bertone y su vicegobernador Juan Carlos Arcando, son dos grandes «simuladores». Estos dos personajes grotescos de la historia contemporánea fueguina, no tienen interés por la patria, ni la causa de los veteranos de Malvinas. No les interesa la soberanía nacional, los limites provinciales, la dignidad humana, ni el pueblo de Tierra del Fuego. Si así fuera,  se ocuparían de resolver la falta de pediatras, y médicos especialistas en el Hospital Público, de brindar educación pública de calidad, y en este caso en particular,  poner en funcionamiento un centro asistencial con médico, enfermeros, ambulancia y unidad de rescate en el puesto fronterizo San Sebastián.

Estos dos personajes no pueden discernir entre la ficción y la realidad, se han comprado su propio relato épico. Quieren modificar la constitución provincial incorporando una clausula  que establezca «la reafirmación de nuestros irrenunciables derechos soberanos sobre Malvinas», pero mientras tanto, aquí nomás a 79 km de Río Grande, no pueden garantizar  un puesto sanitario, ni un enfermero, ni un botiquín de primeros auxilios, que brinde una chance de vida a una victima en situación de emergencia.

Bertone, Arcando, Murray, Colman, todos personajes embrutecidos e insensibles, embriagados por el poder temporal de un gobierno mediocre, no logran sensibilizarse ante el llanto desconsolado de las familias que han perdido a sus hijos, hermanos y padres, sin asistencia médica y abandonados en las banquinas de una desolada ruta.

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