VIERNES, 11 de marzo 2016.- Alrededor de las 18:30, se produjo un incendio en calle Camila O’Gorman al 400 del barrio La Flor, en la zona de Chacra II. Tres viviendas fueron afectadas por el fuego, siendo totales los daños en una de las viviendas y de gran consideración las otras dos.
El morador de una vivienda, de apellido Arias, se encontraba durmiendo, cuando milagrosamente se despertó y al observar gran cantidad de humo, se levantó y rápidamente se dirigió al Destacamento Nro. 2 de Bomberos que se ubica a media cuadra. Fue un milagro, porque de no haberse despertado, nadie hubiera ingresado a rescatarlo a él y a su pareja y hoy estaríamos lamentando dos victimas.
En el destacamento se encontraba un solo bombero de guardia, quien tuvo que abrir el portón, sacar la autobomba, cerrar el portón, y desplazar la unidad media cuadra, para en soledad hacerse cargo del incendio.
Mientras tanto el incendio seguía su curso, propagandose por el entretecho a las viviendas linderas. Las normas y protocolos señalan que nimiamente debía haber cuatro bomberos en la dotación para emprender un ataque exitoso en la fase inicial del incendio. Dos bomberos equipados con tubos de aire, que ingresaran a efectuar la búsqueda y rescate de posibles victimas atrapadas, un bombero que desplegara la manguera, y el otro bombero que fuera a la bomba.
La realidad, muy parecida a lo que sucedió cuando se incendió el Jardín Nro. 6, cuando se produjo el incendio que se produjo semanas atrás en calle Venezuela a tres cuadras del destacamento Nro. 2 de Chacra II, donde también llegó la autobomba con un solo bombero.
Qué podía hacer el bombero en soledad, por más heroico que fuera, sin apoyo no tenía posibilidades de cumplir el protocolo de búsqueda y rescate, ventilación mecánica correcta, en síntesis un ataque exitoso al ígneo. Mientras tanto los vecinos veían como el fuego arrasaba con la vivienda en forma descontrolada y se propagaba por el techo a otras viviendas.
Recién a los pocos minutos se hizo presente una autobomba de la División Bomberos de la Policía Provincial con cuatro bomberos, quienes en apoyo del único bombero voluntario presente desplegaron una segunda linea de ataque (manguera) y con graves dificultades una segunda ya que no llegaban a acoplar la manguera correctamente a la autobomba.
A los postres, y con el resto de la ciudad totalmente desprotegida y librada a su suerte, llegó un camión cisterna de Bomberos Voluntarios y personal en apoyo. Lo notable fue que pasaban los minutos y se evidenciaba una falta de coordinación y conducción de las acciones, el comando de incidencia brillaba por su ausencia. Era evidente la necesidad del despligue de escaleras para acceder al techo y efectuar una apertura para liquidar el fuego, pero nadie tomaba la decisión que pudiera poner fin a la propagación del fuego entre las viviendas. Fue entonces que el el Jefe de la División Bomberos de Policía Cristian Matosky, requirió una escalera a su personal y subido a ella inspeccionó el techo y ordenó la apertura para ventilar y extinguir el incendio.
En ese momento se produjo un accidente vehícular en calle Obligado e Islas Malvinas, y si se hubiese necesitado desplazar la unidad de rescate con los operadores de las herramientas de corte, las personas accidentadas hubieran quedado librados a su trágica suerte, ya que institución que preside Pascual Lombardo ni la División Bomberos tenían posibilidades de desplazarse y asistir correctamente a las victimas. La capacidad operativa de ambas instituciones, limitada, estaba desbordada en su capacidad de respuesta a la emergencia.
Es así que si en ese momento se producía otro incendio de magnitud, no había dotaciones de recambio, ni tubos de aire, ni material reacondicionado para responder, ni nada.
Esta situación pone en evidencia el lamentable estado en que se encuentran los servicios de emergencia, donde los bomberos de policía tienen que organizar rifas para juntar unos pesos y comprar guantes y botas, mientras Pascual Lombardo recibe millonarias sumas de dinero de la Cooperativa Electrica, de los aportes de los vecinos y de los millonarios subsidios del gobierno. Este dinero publico que aporta la sociedad con sus impuestos lejos de destinarse para garantizar guardias minimas con cuatro bomberos en los destacamentos, a la modernización de las autobombas, la compra de materiales, se desconoce su destino, ya que los balances no son publicados.
MIENTRAS LOMBARDO SE PASEA CON LA CAMIONETA DEL CUARTEL, LOS BOMBEROS SE TRASLADAN CON SUS VEHÍCULOS PARTICULARES
Más allá de la critica al desempeño de la Comisión Directiva de Bomberos Voluntarios de Río Grande, la cual en un acto de irresponsabilidad siguen enviando a su bomberos en soledad a enfrentar las emergencias. Destacamos el esfuerzo y el heroísmo de los bomberos que permanentemente arriesgan su vida, pero seriamos cómplices de la mentira y del engaño, si no informáramos sobre la realidad de un Presidente que se pasea con una camioneta cuatro por cuatro perteneciente a bomberos, que utiliza los vehículos de la institución para realizar mudanzas de su novia, y mientras tanto la institución tiene una sola unidad de rescate en servicio.
En Ushuaia los tres cuarteles existentes tienen afectados seis vehículos para el rescate vehicular, sin embargo en Río Grande, Lombardo se da el lujo, con la complicidad de Ezequiel Murray y del Director de Defensa Civil Provincial, de afectar una sola unidad de rescate y utilizar la camioneta de bomberos para pasear.
No podemos ocultar que mientras los bomberos utilizan sus vehiculos particulares, y arriesgan su vida, la comisión directiva que Preside Pascual Lombardo cobra sueldo cuando la ley de asociaciones civiles se lo prohíbe. Defensa Civil Provincial y la Secretaría de Seguridad hacen vista gorda y tratan de tapar las irregularidades operativas como del manejo poco claro de los fondos millonarios que el Estado destina mediante subsidios que maneja Lombardo y su tesorero Martín Silva.
Murray al igual que el referente provincial de los Bomberos Horacio Galego, lejos de exigir un correcto cumplimiento del servicio de emergencia por parte de Lombardo, convalidan todas estas irregularidades poniendo en peligro la seguridad de miles de familias riograndenses y de los propios bomberos voluntarios que son enviados a un matadero.
La corrupción mata, y es evidente que existe una red de protección, silencios cómplices y falta de profesionalismo en la gestión de la seguridad publica. Es inexplicable la actitud de Ezequiel Murray y su Director Provincial de Defensa Civil que apañan a Lombardo. Es una obviedad que quien debe controlar y preservar la seguridad publica, no controla nada, solo se saca fotos y se sienta a la derecha en la mesa con Lombardo a compartir los «sanguchitos» que durante años se han repartido a funcionarios que debían fiscalizar el servicio y las cuentas.
Mientras tanto el bombero sigue arriesgando su vida, y el que no está de acuerdo con los manejos de la Comisión Directiva se calla la boca, agacha la cabeza o se tiene que ir al destierro.
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