MARTES, 1 de noviembre de 2016.- A pocas semanas de cumplirse el primer año de gestión del gobierno de Rosana Bertone, es evidente el fracaso de Ezequiel Murray al frente de la cartera de Seguridad en la provincia. El aumento del crimen, la violencia y la inseguridad en las calles de Río Grande pone en el tapete la falta de políticas por parte del Gobierno de Bertone para prevenir el delito y combatir la delincuencia.
La incapacidad manifiesta de Ezequiel Murray pone a los vecinos tras las rejas de sus viviendas, mientras los malvivientes ganan los espacios públicos haciendo de las suyas con total impunidad.
Asaltos a mano armada, violaciones, abuso de menores, asaltos con arma de fuego, personas apuñaladas, aumento del narcotráfico, proliferación de privados y de la prostitución son las consecuencias de la liberación de un vasto territorio en la ciudad.
Mientras crece el delito, el Estado cada día está más ausente, los funcionarios «están de joda en recoleta». La policía provincial carece de conducción idónea para una correcta planificación y ejecución de acciones tendientes a prevenir y reprimir el delito denuncia un policía que prefiere mantener su identidad en el anonimato.
Un vecino de Río Grande que por razones laborales viaja permanentemente a Buenos Aires denuncia, «Murray se pasea por recoleta de joda, mientras tanto los jóvenes son apuñalados en las paradas de colectivo, nuestras chicas son violadas y manoseadas en las calles, robos a mano armada todo por delincuentes que se supone que el Estado tiene a su custodia».
La gente común, los vecinos, los policías honestos, y los periodistas nos preguntamos, porque tanto apoyo a una persona que ha demostrado tanta incapacidad, soberbia y bajo nivel intelectual para estar al frente de una área tan sensible. Pareciera que a Rosana Bertone no le interesa lo que le pasa a la gente, demostrando una absoluta insensibilidad y falta de humanidad para con la sociedad que sufre el maltrato, la inseguridad y el aumento de la violencia en las calles de Río Grande.
Tal es así que hace unas semanas un funcionario de Bertone, el Delegado de Gobierno en Río Grande, Mauro Coronel, atropelló una persona y cuando arribaron los agentes de tránsito se encontraron con que tenía la licencia de conducir vencida. Todos esperamos que Coronel renunciara o que Bertone lo desplazara del cargo y al día de la fecha Coronel quien es parte del entorno de Ezequiel Murray.
Otro capítulo es el Municipio, con un Intendente Municipal que tampoco parece importarle el crecimiento de la violencia en Río Grande. Melella es otro funcionario más proclive a la fiesta y el papel picado, que a encarar los temas de seguridad con seriedad. Parece no haberse dado cuenta -ya en su segundo mandato- que es el jefe de la ciudad y que tiene que poner en la agenda municipal la seguridad pública.
Una demostración es la incoherencia y desinterés de Gustavo Melella basta con verla a través de sus funcionarios, el caso de su ex-secretario de Gobierno y actual Concejal Paulino Rossi, quien cimentó su campaña electoral con las «cámaras de seguridad» y con la promocionada «Comisión de Seguridad Ciudadana» de la mano de Daniel Facio ex secretario de Seguridad de la provincia y actual Subsecretario de Participación Ciudadana del Municipio.
A título ilustrativo el lector puede ingresar al promocionado -con bombos y platillos- sitio web www. proteccionrg.com.ar donde la gente podía efectuar denuncias y con el cual el intendente hizo campaña para su reelección, y pasadas las elecciones, no existe más. Así de preocupados están en la intendencia.
No es ajeno a la sociedad que pululan los venderos de droga en las plazas de la ciudad, que en las fábricas el consumo de droga es exponencial, que el área social provincial y municipal carecen de medios, infraestructura, profesionales y personal capacitado para brindar respuesta y brindar tratamiento a familias y menores vinculados al delito, y ni que hablar de las víctimas de delitos.
Mientras tanto Bertone y Melella, al igual que sus amigos funcionarios, se meten en sus bolsillos millones de pesos en sueldos, viáticos y comisiones de servicio, la gente sufre la inseguridad y es víctima del crimen que parece a nadie importar, más que a la crónica periodística del día y a la comidilla del barrio. Mientras tanto, que Dios nos ayude y nos proteja de los delincuentes porque los del Gobierno provincial y del Municipio no esperemos nada.
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