DOMINGO, 20 de mayo 2018.- A menos de un mes del comienzo de la Copa Mundial de la Fifa Rusia 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre la importancia de que quienes asistan tomen precauciones para que este evento sólo produzca las tristezas y las alegrías propias del fútbol.
La OMS recordó que la nación más grande del mundo registra ahora un brote de más de 500 casos de sarampión, la enfermedad infecciosa cuya virulenta reaparición en algunos países estuvo asociada con los movimientos antivacunas.
«Rusia tiene casos y en muchos países de Europa hay brotes. Lo que sucede en los mundiales es que muchas personas de distintos países se agrupan y se movilizan juntas, lo que es una situación que puede generar transmisión del virus», explicó a La Voz Mirta Magariños, consultora en Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), quien recordó que tras el Mundial de Sudáfrica, en 2010, en la Argentina hubo 17 casos.
«Por lo menos 15 días antes de viajar, pero ya pueden hacerlo desde ahora, es recomendable que las personas que vayan a Rusia se preocupen por tener todas las vacunas al día, incluyendo las dos dosis de la triple viral, que es la que inmuniza contra el sarampión, la rubéola y las paperas», explicó Magariños, quien matizó que, en caso de no contar con las dos dosis, al menos una (que deberá ser complementada posteriormente) sirve para una mayor protección.
Las dos dosis de la vacuna son recomendadas para todas las personas nacidas después de 1965 y para los niños mayores de 5 años. En tanto, los niños entre 1 y 5 años deberán tener una dosis.
La consultora destacó que el contagio de sarampión es exponencial: «Cada persona que tiene la enfermedad puede transmitir a entre nueve y 12 individuos». Asimismo, señaló que el período de transmisión se extiende hasta cuatro días después del contagio y antes de la aparición del sarpullido característico, o rash. «Quien tiene rash generalmente realiza una consulta, hace reposo y no sigue contagiando», apuntó Magariños.
La especialista alertó, asimismo, que el virus del sarampión tiene la particularidad de persistir horas en el ambiente en el que estuvo la persona enferma, es decir, no es preciso el contacto persona a persona para el contagio.
Magariños afirmó que «las mayores complicaciones de la enfermedad se presentan en los niños». Sin embargo, la vacunación es clave en todos los segmentos etarios de la población, precisamente para evitar la transmisión a los grupos más vulnerables.
La experta recordó, finalmente, que «toda la región de las Américas ha sido certificada como libre de sarampión». «Los casos que se han dado este año aparecieron por viajeros y por importación del virus», añadió.
Hasta comienzos de mayo, se habían registrado tres casos en la Argentina. Todos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El primero que se conoció –y que despertó la alerta– correspondió a una beba de ocho meses, que por la corta edad no había sido vacunada (la vacunación comienza al año). Aunque la niña no tenía antecedentes de viaje, había estado en contacto con un joven de 21 años que hacía poco había vuelto de Tailandia. La bebé y el joven habían compartido una sala de espera en un establecimiento de salud en el barrio porteño de Palermo.
“Ambos se encuentran en buen estado de salud y no presentaron complicaciones. A la fecha, no se han identificado otros casos de sarampión por virus salvaje en los contactos de ambos. La investigación y el seguimiento de contactos continúa hasta la fecha”, describió la cartera sanitaria el 30 de abril, en una actualización de la alerta epidemiológica.
El tercer caso fue el de una paciente de 26 años con antecedente de viaje a Singapur, Camboya, Tailandia, y con escala en Tokio.
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