DOMINGO, 31 de enero 2021.- Primero tuvo que cerrar por la pandemia. Y hace pocos días, un incendio la destruyó. Pero la solidaridad de la gente empujó al dueño a no bajar los brazos. Recibió ayuda de Italia y España. “No lo puedo creer”, expresó
Es la panadería que renació de sus cenizas. Primero fue la pandemia la que castigó duro. Y hace unos días, un incendio la destruyó por completo. Pero “La Unión”, quizá la más famosa de la Patagonia volverá a nacer. Fue durante casi 40 años la parada obligada de quienes hacían el recorrido entre Ushuaia y Río Grande, también de miles y miles de turistas. En sePtiembre cerró por la crisis. Y ahora llegó el fuego.
Pero no todo es dolor para Emilio Sáez, su dueño. La noticia del incendio recorrió el mundo. Y la solidaridad de la gente hizo posible el nacimiento de una gran ilusión: que en 4 meses y con el nombre de “La Nueva Unión” vuelva abrir sus puertas. “La fuerza que me da la gente es increíble. Un hombre que vive en Italia y que nos visitó me llamó para decirme que había hecho una colecta. Y recaudó más de 5 mil euros. No quise aceptarlos. Y me dijo: “La Unión no es tuya, es de todos”. Asi que con ese dinero voy comprar una máquina que casualmente es italiana y perdí en el incendio”. También lo llamaron de España y una cadena que vende churros en toda la costa Atlántica bonaerense hizo una colecta. Reunió 400 mil pesos. “Con ese dinero vamos a reponer las esculturas que había en el salón. Las de René Favaloro y el ARA San Juan”, contó Sáez al Diario Jornada.
Pero las donaciones y las muestras de afecto y ayuda llegan todos los días y de todas partes. “Yo podría haber colgado los botines y decir ya está, me retiro. Pero la gente no me dejó. Me dio el impulso necesario para no bajar los brazos y poder abrir de nuevo el negocio”. Tal vez esto tenga algo que ver con la forma de ser de Emilio. Mantuvo, pese a la crisis, a sus 25 empleados, formando una especie de cooperativa. Pero además, es propietario de una casa en Madryn donde suele pasar sus vacaciones. Pero no viene solo. Lo acompañan sus trabajadores y sus familias.
Ahora solo piensa en el día de la apertura de su negocio. Ya tiene una maqueta (tal vez no sea la definitiva) y además los arquitectos que diseñaron el nuevo local no le cobraron un peso. En los incendios también ocurren algunos milagros. El edificio quedó totalmente destruido (una falla en una heladera podría haber iniciado el fuego) pero algo se salvó: una caja donde Emilio tenía guardado los sueldos de sus trabajadores. Increíble pero real.
“Les digo la verdad, no puedo parar. El empuje que me está dando la gente es impresionante. Soy un cargador de baterías. Recuerdo aquellos días en que llegamos a tener casi 5 mil personas. Fue un feriado largo. Llegó la pandemia y no entraban ni 100. Pero ocurrió que la ruta entre Ushuaia y Río Grande estaba cerrada. Y entonces ¿quién iba a pasar por Tolhuin?. Nos amargamos mucho, lo conversamos con los muchachos y no tuvimos más remedio que cerrar. No podíamos aguantar. Ahora que las cosas habían mejorado un poco, el incendio nos destruyó todo. Pero acá estamos. Enteros, gracias a la gente.
Si todo marcha bien, en abril o mayo “La Nueva Unión” abrirá de nuevo sus puertas. “Yo le puse como fecha el 13 de abril en que se cumple un aniversario de la muerte de mi padre. Pero no creo que lleguemos. Igual este fin de semana comenzamos a tirar abajo lo que quedó del incendio. Y después, a empezar con las obras”, finalizó Emilio.
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