MARTES 28 de mayo de 2024.- Un nuevo estudio demostró que hacerse un tatuaje, independientemente del tamaño, aumenta el riesgo de desarrollar linfoma, un tipo de cáncer de la sangre. Investigadores de la Universidad de Lund en Suecia analizaron a 11.905 participantes, 2.938 de los cuales tenían linfoma, entre las edades de 20 y 60 años. Los participantes que tenían linfoma y los participantes del grupo de control completaron un cuestionario detallado sobre tatuajes, en el cual se incluyeron preguntas sobre la cantidad de tatuajes, el tiempo transcurrido desde el primer tatuaje, y la localización en el cuerpo.

Más sobre la investigación

El estudio, publicado el 21 de mayo en eClinicalMedicine, encontró que el riesgo de desarrollar linfoma es de un 21% mayor entre aquellos que estaban tatuados. Además, los investigadores notaron que el riesgo aumentaba en personas que se hicieron el primer tatuaje hace menos de dos años antes. Este aumento del riesgo fue estadísticamente importante, lo que demostró que existe una relación directa entre el hecho de tatuarse y el aumento en la probabilidad de desarrollar linfoma.

Lo que sorprendió a los investigadores fue que no existen evidencias que indiquen que los tatuajes de mayor tamaño incrementen el riesgo. Este hallazgo desafía la suposición de que la cantidad de tinta en el cuerpo tiene correlación directa con el riesgo de enfermedades.

Los tipos de cáncer más comunes encontrados en el estudio fueron el linfoma difuso de células B grandes y el linfoma folicular, tipos de cáncer que afectan los glóbulos blancos y que tienen impactos trascendentes en el sistema inmunológico.

“Después de tener en cuenta otros factores relevantes, como el tabaquismo, la edad, y el historial médico, descubrimos que el riesgo de desarrollar linfoma era un 21 por ciento mayor entre aquellos que estaban tatuados”, dijo en un comunicado Christel Nielsen, autora del estudio y profesora de la Universidad de Lund. “Es importante recordar que el linfoma es una enfermedad rara y que nuestros resultados se aplican a nivel de grupo. Los resultados ahora necesitan ser verificados e investigados más a fondo en otros estudios y dicha investigación está en curso.”, concluyó.

Este fenómeno puede estar relacionado con cómo el cuerpo reacciona a la tinta del tatuaje. “Ya sabemos que cuando la tinta del tatuaje se inyecta en la piel, el cuerpo lo interpreta como algo extraño que no debería estar allí y el sistema inmunológico se activa,” continuó Nielsen. “Una gran parte de la tinta se transporta desde la piel hasta los ganglios linfáticos, donde se deposita.”, dijo la doctora.

Los investigadores ahora se enfocarán en examinar si existe un vínculo entre los tatuajes y otras formas de cáncer y enfermedades inflamatorias. “Es probable que la gente quiera seguir expresando su identidad a través de los tatuajes y, por lo tanto, es muy importante que nosotros, como sociedad, podamos asegurarnos de que sea seguro,” afirmó Nielsen.

“Para el individuo, es bueno saber que los tatuajes pueden afectar su salud y que debe consultar a su proveedor de atención médica si experimenta síntomas que cree que podrían estar relacionados con su tatuaje.”, concluyó.

La salud y los tatuajes

Este estudio se suma al creciente cuerpo de investigación que examina los efectos a largo plazo de los tatuajes en la salud. Según la Clínica Mayo, los tatuajes también pueden hacer que la piel sea propensa a infecciones, ya que rompen la barrera cutánea.

A veces, las personas pueden tener reacciones alérgicas a las tintas para tatuajes, lo que puede provocar erupciones. Si bien no es común, los tatuajes también pueden provocar complicaciones en las resonancias magnéticas, porque los pigmentos pueden interrumpir la calidad de la imagen.

Además de los posibles riesgos de salud, los tatuajes pueden tener otras complicaciones menores. Por ejemplo, algunas personas experimentan granulomas, o pequeños bultos que se forman alrededor de partículas de tatuaje percibidas como extrañas por el cuerpo. También existen casos documentados de formación de tejido cicatricial exagerado, conocido como queloide, en las zonas de tatuaje.

El impacto social de los tatuajes también se expandió bastante en la última década. En agosto de 2023, el Pew Research Center publicó datos que mostraban que el 32% de los adultos tienen al menos un tatuaje, y entre ellos, el 22% tiene más de un tatuaje en el cuerpo. Esta investigación realizada por la Universidad de Lund proporciona información crucial que puede ayudar a los individuos a tomar decisiones sobre su salud con más información.

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