MARTES, 16 de octubre 2018.- El Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew terminó con serios incidentes y disturbios, luego de que feministas intentaran quemar una iglesia con bombas molotov y quedaran registradas en las cámaras.

El obispado de Comodoro Rivadavia difundió un comunicado en las últimas horas ante los incidentes que se produjeron durante el Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en la ciudad de Trelew (Chubut), donde un grupo de manifestantes intentó quemar la parroquia María Auxiliadora, la Municipalidad y una santería.

“Los gestos de violencia han sido acciones aisladas, sin mayores consecuencias gracias al actuar oportuno de la policía”, expresa, y agrega: “Verificamos de nuevo la dificultad que tenemos para atemperar los ánimos, para ponderar las opiniones y los juicios, para evitar las desautorizaciones que muchas veces son el caldo necesario para el actuar de los violentos”.

“Quiera Dios que esos espacios encuentren en lo religioso una oportunidad y no una amenaza; y nos ayude a nosotros a encontrar lugares donde privilegiar el encuentro, ‘amar a todos sin excluir a nadie, aborrecer el odio y construir la paz’”, expresa el comunicado.

Las manifestantes feministas también organizaron un «tetazo» frente a ese templo católico, donde se convocó a apostatar. Ante estos desmanes por parte de feministas, intervino la Policía provincial y se detuvo a diez personas.

Texto del comunicado

La diócesis de Comodoro Rivadavia considera que un encuentro de reflexión siempre es una instancia a valorar, y más aún cuando es un encuentro de mujeres, cuya palabra muchas veces es acallada o minusvalorada.

Aún cuando la temática de los talleres no nos deje, en general, espacio para debatir otras perspectivas por tener posturas muy definidas, nos parece que siempre es necesario respetar las opiniones de los demás, y más aún de un colectivo que ya tiene tantos años.

Los gestos de violencia han sido acciones aisladas, sin mayores consecuencias gracias al actuar oportuno de la policía. Verificamos de nuevo la dificultad que tenemos para atemperar los ánimos, para ponderar las opiniones y los juicios, para evitar las desautorizaciones que muchas veces son el caldo necesario para el actuar de los violentos.

Quiera Dios que esos espacios encuentren en lo religioso una oportunidad y no una amenaza; y nos ayude a nosotros a encontrar lugares donde privilegiar el encuentro, «amar a todos sin excluir a nadie, aborrecer el odio y construir la paz».

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