Después de ser probada en pacientes con enfermedades oncológicas, la vacuna terapéutica podría erradicar una variedad de tumores y no solo prolongar la vida de los enfermos.
Las pruebas clínicas de la vacuna rusa contra el cáncer comenzarán a mediados del 2025, informó el científico Alexánder Guíntsburg, director del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Moscú. Estas pruebas contarán con «participación de pacientes con enfermedades oncológicas», mientras que actualmente la vacuna se está probando en ratones, dentro de una investigación preclínica.
Según Guíntsburg, se está desarrollando una tecnología no para simplemente prolongar la vida en dos o tres veces, sino para crear fármacos capaces de eliminar tumores. Cuando las pruebas terminen con éxito, la vacuna ayudará a quienes padecen de cánceres de pulmón, con la excepción del carcinoma microcítico, cánceres de páncreas, ciertas variedades de cáncer de riñón y melanomas, especificó.
El mismo científico explicó a comienzos de este junio que se trata de una vacuna terapéutica y no preventiva, basada en la tecnología de ARN mensajero (ARNm), la misma que las empresas Pfizer y Moderna emplearon en su lucha contra la pandemia del coronavirus. Para ese entonces, las primeras pruebas en ratones de la vacuna rusa contra el cáncer ya habían arrojado buenos resultados.
En febrero pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, reveló en el foro Tecnologías del futuro, celebrado en Moscú, que el país estaba «al borde de la creación de las vacunas contra el cáncer» y sugirió que los descubrimientos de esta clase en materia de la medicina «deben estar al alcance de las personas, usarse ampliamente en el eslabón primario de la sanidad».
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