MARTES, 20 de febrero 2018.- Un joven de 28 años, oriundo de Buenos Aires, viajó a zonas de riesgo de Brasil y volvió con el virus. No estaba vacunado. Autoridades sanitarias emitieron una alerta. Recomiendan extremar la prevención.
El Ministerio de Salud de la Nación confirmó ayer el primer caso importado de fiebre amarilla en Argentina. Se trata de un joven de 28 años que permaneció en dos zonas de riesgo de Brasil y que no se había vacunado.
Según la alerta emitida por la cartera sanitaria nacional, el viajero estuvo en Ilha Grande –estado de Río de Janeiro– e Ilhabela –San Pablo– desde el 31 de enero hasta el 15 de febrero. Ambas zonas son consideradas de alto riesgo.
Desde el 12 de febrero, el joven comenzó con síntomas: fiebre por la noche con picos de casi 40 grados, dolores musculares, cefalea y decaimiento. Al regresar a su país, consultó en un centro especializado en infectología, donde descartaron el virus. Sin embargo, cuatro días más tarde, el cuadro se había agravado.
El paciente presentó ictericia: un color amarillento en la cara y ojos. Además, altos valores de enzimas hepáticas. Quedó internado en una clínica privada, donde se tomaron muestras que fueron derivadas al Hospital Gutiérrez.
Finalmente, el 17 de febrero, el Laboratorio de Virología del Hospital de Palermo confirmó el diagnóstico de fiebre amarilla mediante una técnica molecular. El joven había regresado con el virus.
¿Cuál es el principal riesgo? Si una persona llega al país con el virus, hay altas posibilidades de que se genere un brote, ya que en Argentina está presente el vector, explicó Ana Ceballos, secretaria del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), filial Córdoba.
“Si un viajero llega con el virus, puede infectar a otras personas. La fiebre amarilla puede reintroducirse en nuestra provincia”, dijo.
El paciente se encuentra estable y con buena evolución, informó la cartera sanitaria nacional.
Refuerzo en las dosis
En enero de este año, Brasil amplió las zonas de riesgo para fiebre amarilla. Incorporó la recomendación de la vacuna a los viajeros con destino a los estados de Río de Janeiro, San Pablo, Espíritu Santo y buena parte de Bahía, incluyendo las ciudades de Salvador y Praia do Forte. En cambio, descartó Florianópolis, Camboriú, Fortaleza, Natal y Recife como zonas que necesitan protección.
Cabe destacar que Brasil no exige el certificado de la vacuna, sólo la recomienda. En cambio, otros países del sudeste asiático y África sí solicitan la documentación.
Hacia finales de enero, se generó en Córdoba un cuello de botella en los vacunatorios, ya que los viajeros acudían en masa en busca de una dosis. Se generaban colas –algunos pasaban la noche– y los agentes de salud se quedaban sin dosis en el día.
Salud tuvo que ampliar los centros de vacunación. Además del Misericordia, se sumó el viejo San Roque y algunos hospitales del interior. Esto logró descomprimir la demanda, pero aún la vacuna sigue despertando interés.
Además de Brasil, también notificaron casos Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Perú y Suriname. Este es el primer reporte confirmado de Argentina.
Desde julio del año pasado hasta el 15 de febrero de 2018, Brasil confirmó 409 casos y 118 fallecidos. San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro fueron los estados con más reportes. En los tres, la enfermedad superó las cifras registradas en el mismo período del año anterior.
Advertencia sanitaria
El Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta. Solicitó a todos los equipos sanitarios del país intensificar la vigilancia epidemiológica. La fiebre amarilla se transmite por la picadura de mosquitos. En las zonas selváticas interviene como vector el haemagogus; en las ciudades, el Aedes aegypti.
Fiebre, dolor muscular y cefalea
Bajo la lupa. Se considera caso sospechoso a cualquier paciente que presenta fiebre de menos de siete días de duración, acompañada de dolores de cabeza, sin afección de las vías aéreas superiores, con antecedente de viaje a zona de riesgo. Puede estar vacunado contra la fiebre amarilla.
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