MIÉRCOLES, 25 de septiembre 2019.- En la provincia de Chubut, un accidente geográfico sobre la costa del Mar Argentino es el escenario perfecto de un ecosistema único en el mundo. Allí, diversas especies de animales marinos y aves son el marco de un espectáculo central que atrae cada año a miles de viajeros de todo el planeta: el avistaje de la ballena franca austral. Pero, ¿por qué es tan atractiva esta experiencia?
La ballena franca austral, famosa por ser uno de los animales más grandes del mundo, llega a Península Valdés cada año porque allí encuentra la tranquilidad necesaria para poder reproducirse. De hecho, el año pasado -y según datos del Programa Ballena Franca Austral-, la presencia de este mamífero fue récord, ya que se contabilizaron 865 animales, incluidas 365 crías en Golfo San José y Golfo Nuevo, dejando una marca histórica desde que comenzaron los estudios, hace casi 50 años.
Pero aquí las ballenas no están solas: lobos y elefantes marinos, orcas, pingüinos, gaviotas y otras aves, además de zorros y armadillos completan en Península Valdés un paisaje tan rico como diverso. La Isla de los Pájaros, Caleta Valdés, Punta Norte, Punta Delgada y Puerto Pirámides son otras de las atracciones destacadas de la zona.
«Entre septiembre y noviembre es el momento del año en que más ejemplares de la ballena franca austral se divisa en Península Valdés.
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