LUNES, 16 de abril 2018.- El mercado de los combustibles en la argentina, está sufriendo modificaciones llamativas como por ejemplo, la estrategia de la petrolera estatal YPF de no comunicar los aumentos de precios que se pagarán en las estaciones de servicio al público. El “Libre mercado de los combustibles” es a todas luces, junto con la inflación y tarifas de servicios públicos, el mayor presupuesto familiar. En TDF ya se están haciendo notar los 3 incrementos en los combustibles en lo que va de 2018.

Es innegable que las directivas hacia la petrolera estatal YPF, cuyo controlante es el mismo Estado Nacional, afectan sensiblemente en el mercado de los combustibles, puesto que controlan mayoritariamente este segmento. Es preocupante para los consumidores, ya que el principal afectado es el ya deteriorado bolsillo, dado que el impacto es muy alto, y es por ello que, en una sociedad dónde se están aplicando aumentos de todo tipo a los servicios públicos, el de los combustibles se suma a otros, como lo son: luz, gas, impuestos y alimentos.

En la Argentina, el precio de la nafta está compuesto, a grandes rasgos, por tres componentes: precio de la materia prima, impuestos, tasas y margen del estacionero.
El nuevo aumento fue el quinto luego de que el Gobierno nacional tomara la decisión de liberar los precios anunciados durante el mes de octubre del año pasado y el tercero en lo que va del 2018, recordemos que los anteriores aumentos fueron en Enero, febrero y ahora en Abril.

De esta manera el litro de nafta Súper en Rio Grande, pasó de costar 19,12 pesos a 19,79 pesos. Mientras que el litro de Infinia que costaba 22,85 pesos, ahora se consigue a $ 23,65.

En tanto, el litro de Ultra Diésel pasó de 18,15 pesos a 18,78 pesos, y el de Infinia Diésel de 20,89 a 21,62 pesos.

La decisión de la petrolera YPF que recordemos es mayoritaria en el mercado de los combustibles con una participación del 60%, controlada mayoritariamente por el estado, adoptó días después de que dos de sus competidoras, Axion y Shell, resolvieran aumentar, en promedio, sus precios en un 5,3%.

Tras el nuevo aumento de casi 13% en las naftas de YPF, la Argentina se mantiene como uno de los países con los combustibles más caros de América Latina, con el litro a u$s 1,44 a partir de este miércoles, por encima del promedio mundial de u$s 1,16.

Es tal la preocupación que existe, en el mercado de los combustibles, en la Argentina, que la propia petrolera estatal es quien salió al cruce de estos aumentos, intentando ser lo que fue en el país, el jugador más importante e influyente en la cadena de valor y ventas de combustibles. YPF, la petrolera, pidió reducir en un 10% el valor del ITC. El Ejecutivo está autorizado por el marco legal que lo habilita a bajar la carga tributaria hasta ese porcentaje sin pasar por el Congreso; pero de aplicarse esta iniciativa el costo fiscal será de US$ 100 millones mensuales. Lo que quedaría por resolverse es si el ministerio de economía está dispuesto a resignar esta entrada de divisas.

Con la Reforma Tributaria, todo cambió. El ITC será fijo: $ 6,726 tanto para la nafta Premium como para la súper. Ambas también pagarán un impuesto de $ 0,412 por dióxido de carbono. Las dos quedarán tributando $ 7,138 por litro. Eso es $ 1,04 más caro que el impuesto actual en la súper y $ 0,26 superior en Premium con respecto a los actuales valores de YPF.

En el caso del gasoil, el ITC que paga es inferior (19%). En el gasoil común, ese impuesto es de $ 1,778 y en el Premium, de $ 2,043. Hay una tasa específica para este combustible: $ 2,288 para el regular y $ 2,629 para el Premium. Hoy, el gasoil regular paga $ 4,06 de impuestos y el de mayor valor, $ 4,67.

Tras la reforma impositiva, el impuesto será de $ 4,621 para ambos. Está compuesto por $ 4,148 del ITC y $ 0,473 por dióxido de carbono, otro impuesto que alcanza a todo el país y que está relacionado con la reducción de emisión de gases de efecto invernadero. A mi criterio, este impuesto es meramente recaudatorio.

Debemos considerar que las variables más sensibles del precio final de los combustibles son básicas para comprender porque pagamos tan caros los combustibles en el país, y como afecta la cadena de valor llegando hasta la góndola de los alimentos donde el consumidor paga también el costo.

Si sumamos distintos elementos que el Estado Nacional No controla, o dejo liberado a “La mano invisible del mercado que se autorregula”, vemos como cada vez se hace más difícil la vida de los argentinos.

Pagamos uno de los combustibles más caros de la región y el mundo, el precio internacional del Petróleo crudo está en alza y se importan más cantidades, debido a la baja en la producción local donde dejo de ser resorte del ministerio de energía y minería, la divisa norteamericana que sufre variaciones inesperadas depreciando el peso argentino y la inflación que no se detiene, se suman al permanente aumento de tarifas de luz, gas agua e impuestos.

Es claramente, una decisión política del Gobierno de Mauricio Macri, dejar que se siga en movimiento esta rueda que aplasta los salarios de los trabajadores argentinos de todo el país. Pero por sobre todo, a los más vulnerables y las economías regionales patagónicas que no ofrecen demasiada resistencia a las políticas centralistas, todo lo contrario, en algunos casos las profundizan.

Como conclusión, creo que las provincias productoras patagónicas deberían plantear al Estado Nacional alternativas un poco más creativas que las actuales para resolver distintos aspectos de la vida cotidiana. Planificar una refinería conjunta en la Patagonia, para abaratar costos logísticos y de combustibles para el desarrollo de la región, con mano de obra estable y genuina por ejemplo, sería una buena alternativa y no tan solo pensar en la recaudación por regalías, de lo contrario seguiremos repitiendo los mismos errores.

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