JUEVES, 1 de noviembre 2018.- La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) autorizó a través de la disposición 946-12-10-2018 la venta en farmacias, bajo receta archivada, de misoprostol una droga que por primera vez servirá para la interrupción del embarazo en los casos que contempla la ley. El laboratorio que fabrica el medicamento prevé que «estará disponible en los comercios antes de fin de año».

Hasta ahora esta droga se distribuía sólo en hospitales, pero ahora los ginecólogos la podrán recetar a sus pacientes en el consultorio cuando consideren que la mujer está bajo alguna de las circunstancias que prevé la Interrupción Legal del Embarazo (ILE).

«Que la ANMAT haya aprobado un medicamento con una sola droga para interrumpir el embarazo es una noticia enorme que hay que celebrar porque, de alguna manera, la mujer recupera su dignidad», afirmó Mario Sebastiani, ginecólogo del Hospital Italiano y docente, sobre la llegada a los hospitales del Misop 200. El producto del Laboratorio Domínguez se podrá utilizar entre otras cosas para poner fin a los abortos permitidos.

La interrupción del embarazo está autorizada sólo cuando representa un peligro para la vida de la mujer y este peligro no puede ser evitado por otros medios; si el embarazo representa un peligro para la salud de la mujer (entendida la salud como el bienestar físico, mental-emocional y social) y si el embarazo proviene de una violación.

Hay dos aspectos fundamentales en torno al flamante medicamento. Por un lado, el lanzamiento del Misop 200, «que cuenta con la dosis justa para producir la interrupción, con comprimidos específicamente ranurados para ingresarlos por la vagina. Por otro, será un producto que «se venderá dentro de una figura legal, con la receta de un médico que expondrá los motivos por los cuales el paciente debe recurrir a esa medicación», expresa Sebastiani.

Hasta hoy el misoprostol se conseguía en las farmacias a través de un medicamento llamado comercialmente Oxaprost (Laboratorios Beta), que venía combinado con otra droga, diclofenac, que no estaba autorizado con fines ginecológicos.

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La novedad se conoce casi tres meses después de que el Senado de la Nación rechazara la ley de interrupción voluntaria del embarazo. «En el fondo, la sociedad no se quedó cruzada de brazos. Desde distintos grupos de la política, algunas asociaciones médicas y otros colectivos de mujeres se le estaba pidiendo a la ANMAT que autorizara esta medicación a fin de que las mujeres no tuvieran que acudir a un mercado negro», agregó Sebastiani.

Estamos a las puertas de una medicación segura para producir la interrupción del embarazo y de forma domiciliaria. «Esta seguridad del Misop 200 fue ratificada nada menos que por Naciones Unidas y por la Organización Mundial de la Salud», aclara el también profesor del Instituto del Hospital Italiano.

Acerca del producto Misop 200, la ANMAT aclara que dicha especialidad medicinal se encuentra autorizada y señala que «el misoprostol, al igual que otras prostaglandinas, produce maduración cervical, dilatación y reblandecimiento del cuello uterino, disminuyendo la cantidad de fibra de colágeno y permitiendo que se intercale entre ellas una mayor cantidad de agua. Además, y de forma consecutiva, el misoprostol aumenta la frecuencia y la intensidad de las contracciones del músculo liso uterino, de forma que las fibras se orientan en el sentido de la tensión ejercida sobre ellas, facilitando así la expulsión del contenido del útero».

Y concluye el comunicado de ANMAT: «Estas propiedades permiten su utilización en la maduración cervical previa a una histeroscopía, o en otros procedimientos ginecológicos que requieran acceder a la cavidad uterina en la inducción del parto, en la prevención o tratamiento de la hemorragia posparto, o en la interrupción del embarazo en las condiciones establecidas por la legislación vigente en nuestro país».

Respecto del valor que tendrá el Misop 200 en las farmacias, adonde desembarcarían antes de fin de año, se estima que se cree que será menor al Oxaprost, que hoy oscila los $4.500. «Es una suerte de legalización y un guiño cómplice desde la política a partir del convencimiento de la Secretaría de Salud, las sociedades médicas y de buena parte del partido gobernante y de la sociedad», agregó Sebastiani.

Raúl Magnasco, presidente de la Fundación Más Vida, dice que la noticia lo tomó por sorpresa: «Estamos intentando coordinar una reunión con el director de la agencia a fin de interiorizarnos sobre la supuesta medida, la que de ser tal como se publicó implica un riesgo muy alto para nuestro país en cuanto a la Salud Pública, como así también en cuanto a la Legalidad y respeto a la Democracia vigente».

Magnasco dijo que «el uso de misoprostol vaginal se encuentra prohibido en los Estados Unidos por el riesgo inherente que acarrea la droga, y por los efectos secundarios y alertas de seguridad, razones por las cuales la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de los Productos de Salud de Francia directamente prohibió la comercialización del medicamento en todo el país en marzo de este año».

Y concluyó: «Genera igual preocupación la falta de legalidad que esta medida acarrea, considerada nula de nulidad absoluta toda vez que una agencia nacional no puede autorizar una droga abortiva siendo el aborto un delito penal, mucho menos para venta al público, vulnerando la tutela constitucional del valor absoluto de la vida».

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