JUEVES, 7 de noviembre 2019.- Un equipo internacional de investigadores desarrolló un método para calcular el peso de las ballenas francas a partir de fotografías tomadas desde drones en Península Valdés.
El Instituto de Conservación de Ballenas participa de este importante estudio que aporta mayor conocimiento sobre el estado de salud de las poblaciones de cetáceos, con el fin de contribuir a su conservación.
Debido a su gran tamaño y su vida acuática, históricamente los científicos han tenido que obtener datos sobre la masa corporal de las ballenas pesando individuos muertos o varados. Pero ahora, investigadores de Dinamarca, Argentina y Estados Unidos desarrollaron un novedoso método que publicaron en la revista especializada Methods in Ecology and Evolution
El método fue desarrollado a partir de las fotografías de 86 ballenas francas australes tomadas desde drones, durante 2018, en las costas de Península Valdés, Chubut.
Se eligió realizar este estudio en los golfos de Península Valdés debido a que la transparencia de las aguas y la alta concentración de ballenas cerca de las costas durante la temporada de cría reúnen las condiciones ideales para volar los drones desde tierra y poder fotografiar muchas ballenas.
Este proyecto es llevado adelante entre el Dr. Fredrik Christiansen de la Universidad de Murdoch en Australia, la Dra. Marcela Uhart de la Universidad de California, Davis, el Dr. Mariano Sironi del Instituto de Conservación de Ballenas (co-directores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral) y el Dr. Michael Moore de Woods Hole Oceanographic Institution.
¿Por qué es fundamental medir el peso de las ballenas y en qué consiste la nueva técnica?
Fredrik Christiansen, autor principal de esta publicación, explica:
«Conocer el peso de las ballenas abre nuevas vías de investigación, incluido el monitoreo de su crecimiento. En un escenario de cambios globales que afectan la disponibilidad de alimento en los océanos, estas estimaciones pueden ser centrales para la conservación de las ballenas, que dependen de sus reservas de grasa para sobrevivir.»
A partir de las imágenes captadas por los drones, fue posible medir la longitud, el ancho y la altura de las ballenas francas y desarrollar un modelo 3 D que calculó con precisión el volumen corporal.
Luego, se consultaron antiguos registros del peso de ballenas francas capturadas por la industria ballenera del Pacífico norte, calculando los pesos parciales del esqueleto, la grasa y los órganos internos.
Combinando toda esta información, se diseñó un factor de conversión del volumen a masa para poder estimar el peso de las ballenas a partir de las fotografías.: © Christiansen y col. (2019)
Todo el desarrollo es explicado por los autores en la publicación realizada en la revista especializada Methods in Ecology and Evolution.
El valor de la ciencia no letal para la conservación de las ballenas
El gigantismo propio de muchas especies de ballenas actuales evolucionó por diversas razones ecológicas y fisiológicas, y les da a las ballenas ventajas como menores costos energéticos para transportarse en sus largas migraciones y la capacidad de almacenar energía en forma de grasa para ayunar durante periodos prolongados.
Este gran tamaño es además un desafío para los científicos que las estudian.
En el pasado este dato sólo podía obtenerse oportunísticamente pesando ballenas varadas o a través de la cruel práctica de la cacería.
Este nuevo método, por el contrario, además de ser no invasivo es tan benigno que no requiere siquiera el contacto físico con los animales.
Mariano Sironi, Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas y coautor de esta publicación, afirma:
“Este método es una demostración más de que la ciencia no letal hoy tiene las herramientas necesarias para estudiar ballenas sin matar ningún individuo más.
Además, al ser una técnica benigna y no invasiva, la fotogrametría permite medir la misma ballena muchas veces a lo largo del tiempo, y estudiar el crecimiento y los cambios en la condición corporal, como las reservas de grasa. Cada ballena tiene una historia para contar, y este método científico nos ayuda a interpretar esa historia.”
El aporte a la conservación en Península Valdés
Los investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas y colaboradores, durante esta temporada de campo continuaron con la toma de fotografías desde drones, en Península Valdés, para aplicar este nuevo método y combinarlo con el monitoreo de las lesiones en el cuerpo de las ballenas y con la foto identificación de individuos.
A partir de este nuevo método será posible tener una idea general de la condición corporal de las ballenas francas, en especial las madres y su crías, y también comparar a los mismos individuos a lo largo de la temporada gracias a la foto identificación.
Además, las fotos aéreas permiten estimar el número y el tamaño de las lesiones producidas por los ataques de gaviotas y observar cómo aumentan en las primeras semanas de vida de los ballenatos. Conociendo cómo cambia el peso de los ballenatos y cuántas lesiones tienen, es posible relacionar la influencia de los ataques de gaviotas en el crecimiento de las ballenas francas recién nacidas.
Nicolás Lewin, integrante del equipo de investigación del ICB que junto a la bióloga Raquel Soley estuvieron fotografiando a las ballenas desde drones, entre los meses de junio y octubre, describe:
“En un total de 633 vuelos realizados en 58 días de trabajo hemos podido seleccionar 1624 imágenes para analizar la condición corporal de los individuos, y 1713 imágenes para foto identificarlos.
A lo largo de la temporada pudimos observar al menos 300 individuos más de una vez, aunque es probable que tras el procesamiento de las imágenes este número aumente significativamente. Algunos individuos fueron re avistados hasta seis veces”
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